La imagen que debería asustar a Feijóo: ¿Correrá el mismo futuro que Pablo Casado?

El Partido Popular se puso en pie para aplaudir a su presidente tras su duro ataque a Pedro Sánchez por el ‘caso Koldo’, una imagen que muchos comparan con la ovación que recibió Pablo Casado justo antes de su caída

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Alberto Núñez Feijóo y Pablo Casado siendo ovacionados por los miembros del PP (1)
Alberto Núñez Feijóo y Pablo Casado siendo ovacionados por los miembros del PP - Twitter de Óscar López

 

La sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en el Congreso ha dejado una imagen con un inquietante aire de déjà vu en la bancada popular. Tras una intervención encendida contra Pedro Sánchez, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, fue ovacionado en pie por todos los diputados de su partido, una escena que recordó inevitablemente a la que protagonizó Pablo Casado en febrero de 2022, poco antes de ser apartado del liderazgo del partido.

Fue vitoreado... y al día siguiente lanzado por la ventana”, ironizó la periodista Esther Palomera en la red social X, aludiendo a cómo la ovación que Casado recibió entonces precedió a su caída política.

Feijóo, sin embargo, no buscaba gestos de unidad interna, sino golpear directamente al presidente del Gobierno. Durante su intervención, acusó a Sánchez de estar rodeado de corrupción y anunció que lo citará en el Senado para comparecer por el caso Koldo. “Su problema no es que esté rodeado de corrupción, el problema es que es imposible haber delinquido sin usted. Se acabó la huida”, afirmó con tono desafiante.

Sánchez, lejos de alterarse, zanjó la confrontación con una réplica tan breve como demoledora: “Ánimo, Alberto”. Dos palabras que provocaron las risas de la bancada socialista y que el ministro Óscar López no tardó en compartir en redes sociales junto al vídeo del momento, reforzando la comparación con el final político de Casado.

Mientras tanto, las redes se han llenado de paralelismos entre ambos líderes del PP, y muchos analistas apuntan que Feijóo empieza a enfrentarse a los mismos síntomas de aislamiento y desgaste interno que precipitaron la caída de su antecesor.

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