La amnistía que puede encumbrar a Junts y enterrar electoralmente a ERC

¿Sobrevivirán los republicanos a la vuelta de Puigdemont a la política catalana?

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EuropaPress 4458272 presidente generalitat pere aragones reune expresidente carles puigdemont

 

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Reunión entre Pere Aragonès y Carles Puigdemont @ep

 

Las negociaciones para aprobar la amnistía que desencalle la investidura de Pedro Sánchez están muy avanzadas, y los dos principales actores del independentismo, ERC y Junts, están viviendo el proceso con ánimos muy dispares. Mientras que los de Puigdemont han conseguido convertirse en los principales protagonistas de esta negociación y por tanto, ser los dueños del relato independentista, los republicanos han ido mostrando cada vez más nerviosismo, lanzando declaraciones hiperbólicas e incluso filtrando partes de la negociación. Todo para tener un protagonismo que, de momento, no han encontrado. 

 

Esta posición de ambos partidos está dejando herido de gravedad a ERC, que no es capaz de encabezar las negociaciones ni siquiera teniendo la presidencia de la Generalitat en su poder. El resultado de las elecciones generales ha sido nefasto para los republicanos, poniendo a Junts en el centro de la interlocución con el Gobierno  y enviando a los de Aragonès y Junqueras al banquillo de los partidos que en la anterior legislatura sí pactaron con Pedro Sánchez, como el PNV y EH Bildu, que parece que también están siendo ignorados en este proceso. El Gobierno de coalición sabe que, para hacer posible la investidura, es necesario atar primero al elemento más difícil - si no el resto no servirá de nada-. Por tanto, centrarán las negociaciones en agasajar a Junts, y luego buscarán forzar el voto de los demás en bloque. 

 

 

Este contexto incómodo para ERC se une a las dificultades que podría atravesar el partido tras la eventual aprobación de una amnistía. El perdón del Estado supondría que todos los exiliados pudiesen volver a Catalunya, con un Carles Puigdemont que puede pronunciar una especie de 'Ja soc aquí' que le permita llevarse a los votantes independentistas al bolsillo, seducidos por la idea de restituir al president cesado por el 155. 

 

La aprobación para la amnistía también devolvería figuras importantes a ERC, como su secretaria general Marta Rovira, que actualmente se encuentra exiliada en Suiza. Sin embargo, la lideresa republicana no parece un valor electoral potente para poder rivalizar con Carles Puigdemont en unas futuras elecciones. Quién si podría competir sería Oriol Junqueras, que vería extinguida su pena de inhabilitación con la aprobación de la amnistía y por tanto, podría presentarse a los comicios. Sin embargo, el cambio de liderazgo en ERC ya se ha producido, con el president Pere Aragonès al frente de la Generalitat, y podría verse extraño que los republicanos manden a su líder al banquillo para volver a recurrir a Junqueras. 

 

PERE ARAGONÈS, UN PRESIDENT POCO RUIDOSO

 

Poniéndonos en el contexto de que Pere Aragonès compitiera con Carles Puigdemont en las próximas elecciones autonómicas en Catalunya, los republicanos podrían sufrir un fuerte debacle electoral. El actual president de la Generalitat ha pasado por el Palau de puntillas, a diferencia que su antecesor Carles Puigdemont, llegándose a convertir en un desconocido para la mayoría de catalanes. Según el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) publicado este julio, que depende del Govern, solo el 45% de los catalanes conoce a Pere Aragonès. La pregunta era clara: ¿Sabe usted cómo se llama el actual president de la Generalitat de Catalunya? Pues un 45% no tenía ni idea...

 

En el mismo CEO se preguntaba por los líderes políticos catalanes más reconocidos. y el president de la Generalitat se quedaba en cuarta posición, por detrás de Carles Puigdemont, que quedó como absoluto ganador, Oriol Junqueras e incluso Inés Arrimadas, que ya es una figura del pasado. 

 

 

 

 

 

Otro factor que complica el futuro de Aragonès en una batalla contra el expresident cesado es la aceptación de ambos líderes entre los votantes independentistas. Carles Puigdemont es el líder mejor valorado entre sus propios votantes, pero además también es ampliamente aceptado por los votantes de los otros partidos independentistas, como ERC y la CUP. Por el contrario, Aragonès solo es aceptado entre los votantes de su propio partido, y suspendido por los del resto de fuerzas independentistas. 

 

Con estos datos, el panorama para Aragonès no es fácil, por lo que ERC se podría ver obligado a enterrar a su actual líder para poder competir con Puigdemont. La única solución que tendrían los republicanos sería recuperar a Oriol Junqueras, que cuenta con más aceptación entre los votantes de ERC - Junqueras obtiene un 7,1 frente al 6,3 de Aragonès-, y además logra de mejor valoración entre los votantes de Junts, que lo suspenden ligeramente con un 4,9, y los de la CUP, que lo aprueban con un 5,4. 

 

 

 

 

 

Del mismo modo, otra baza de Oriol Junqueras frente a Aragonès sería su capacidad de rascar votos entre los Comuns, que lo aprueban con un 5,5. En cambio, el actual president de Catalunya tampoco es bien visto por los de Colau, y acaba suspendido con un 4,9. Esta capacidad que tiene ERC para atraer los votos de los Comuns sí podría ser determinante en unas futuras elecciones catalanas, ya que es un nicho al que no puede acceder Junts. Los votantes de los comuns desprecian, en general, a los líderes de esta formación, suspendiendo a Puigdemont con un 3,1 y a Borràs con un 2,7. 

 

 

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