Barcelona explota contra la privatización del Park Güell: la protesta que sacude la ciudad
Un centenar de personas, según la Guárdia Urbana, se han manifestado este domingo hacia las 11 horas en el Park Güell de Barcelona contra la masificación turística, la privatización de este entorno y para reclamar el acceso sin restricciones para el vecindario.
Un grito unido y vibrante ha resonado este domingo en el corazón de Barcelona. Cerca de un centenar de personas, convocadas por la plataforma Recuperem el Park Güell, han llenado el emblemático parque a las 11 de la mañana para alzar la voz contra la masificación turística que está devorando uno de los símbolos más queridos de la ciudad.
La protesta ha sido más que un simple reclamo: es la reivindicación del derecho de los vecinos a recuperar un espacio público que sienten cada vez más usurpado. Marta Molas, portavoz del colectivo, ha expresado con fuerza la frustración que sienten quienes habitan el barrio:
"Estamos hartas del turismo que sufre esta ciudad y especialmente en un lugar tan emblemático como este."
Molas ha denunciado la pérdida del parque como espacio abierto para el vecindario, convertido en un "territorio vendido completamente al turismo", y ha lanzado una crítica contundente al Govern por la privatización y la gestión deficiente de la movilidad, especialmente por la llegada masiva de turistas en autobuses que congestionan el entorno:
"Se nota que está trabajando por el turismo y no por las vecinas."
Esta manifestación cobra aún más peso al situarse en un momento clave: este lunes se celebrará una reunión del Grup d'Impuls i Seguiment del Pla Estratègic i la Mesura de Govern del Park Güell, un foro en el que participarán las entidades organizadoras, asociaciones vecinales y representantes del Ayuntamiento de Barcelona, para abordar el futuro del parque y sus políticas de gestión.
La movilización del domingo no solo visibiliza el malestar ciudadano, sino que también exige un cambio urgente para preservar la esencia y el acceso libre de un espacio que debe ser patrimonio de todos, no solo del turismo masivo.
En un momento en que Barcelona enfrenta un dilema crucial sobre cómo convivir con el turismo sin sacrificar la calidad de vida de sus habitantes, esta protesta en el Park Güell suena como un aviso contundente: la ciudad reclama equilibrio y justicia para sus propios vecinos.
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