El vamping: el nuevo "jet lag digital" que roba el sueño a los adolescentes

El vamping consiste en el uso nocturno de dispositivos electrónicos —como móviles, tabletas o consolas— que interfiere con el descanso

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La luz ultravioleta modifica el sueño en los jóvenes/ Foto de Archivo

 

Con la llegada del verano y la ausencia de rutinas escolares, muchos adolescentes adoptan un hábito cada vez más extendido: pasar largas horas frente a las pantallas durante la noche. Esta práctica, conocida como vamping, está generando preocupación entre especialistas en salud mental y sueño por sus efectos nocivos a corto y largo plazo.

El vamping consiste en el uso nocturno de dispositivos electrónicos —como móviles, tabletas o consolas— que interfiere con el descanso y altera los ritmos biológicos del cuerpo. Aunque en apariencia se trata de una forma inocente de entretenimiento, la exposición prolongada a la luz azul que emiten las pantallas inhibe la producción de melatonina, la hormona encargada de regular el sueño.

“El problema no es solo dormir tarde, sino dormir mal”, explican psicólogos. “El sueño pierde calidad: se vuelve más difícil de conciliar, se interrumpe con despertares y se reduce el tiempo de descanso real. Es como sufrir jet lag sin salir de casa”.

A nivel emocional, la falta de sueño tiene consecuencias claras: irritabilidad, apatía, baja tolerancia a la frustración e incluso síntomas de tristeza o desmotivación. Además, la sobreexposición digital durante la noche suele llevar a comportamientos compulsivos como el “scroll infinito” en redes sociales, una dinámica que intensifica la sensación de vacío y fatiga mental.

Los expertos advierten que esta tendencia se acentúa en verano, cuando disminuye la supervisión adulta y los jóvenes se sienten más libres para navegar por internet sin restricciones. Frente a este fenómeno, se recomienda a las familias establecer límites claros, fomentar actividades relajantes antes de dormir, dar ejemplo con el propio uso de pantallas y abrir canales de comunicación con los adolescentes, sin juicios ni imposiciones.

“Los adolescentes muchas veces saben que no descansar les perjudica, pero el beneficio inmediato de estar conectados pesa más. Por eso es clave escucharles, entender sus necesidades y ayudarles a encontrar alternativas que no pasen por el castigo, sino por el acompañamiento consciente”.

El vamping, lejos de ser solo una moda pasajera, se está consolidando como un desafío de salud pública en la era digital. Abordarlo con empatía, prevención y educación será clave para garantizar el bienestar físico y emocional de las nuevas generaciones.

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