La ONCE impulsa la autonomía de 1.172 estudiantes con discapacidad visual con el braille como herramienta esencial en las aulas

El 99 % de estos alumnos inician el curso en centros ordinarios de Catalunya, donde el braille, que celebra su 200 aniversario, es una herramienta esencial para su autonomía

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Mans llegint braille
Catalunya tendrá 1,172 estudiantes ciegos o con discapacidad visual Foto: ONCE

 

Un total de 1.172 estudiantes ciegos o con discapacidad visual grave han iniciado estos días el curso escolar en Catalunya, y lo hacen en su gran mayoría —el 99 %— en centros educativos ordinarios, gracias al modelo de educación inclusiva impulsado por la ONCE. Esta red de apoyo permite que los alumnos sigan el mismo currículo que sus compañeros sin discapacidad visual, con recursos adaptados y acompañamiento especializado.

En este contexto, el braille se convierte en una herramienta esencial. Este sistema de lectoescritura, que este año celebra su 200 aniversario, permite a los estudiantes leer, escribir y aprender de forma autónoma, favoreciendo su desarrollo personal y su participación activa en la vida escolar. La ONCE promueve su aprendizaje desde la primera infancia a través del método “Braitico”, que combina materiales manipulativos y tecnología adaptada.

Durante el curso 2025-2026, los estudiantes se distribuyen en todas las etapas educativas: 220 en Educación Infantil, 202 en Primaria, 171 en Secundaria Obligatoria, 29 en Bachillerato y 100 en la universidad. Por provincias, Barcelona concentra la mayoría con 893 alumnos, seguida de Girona (118), Tarragona (112) y Lleida (49).

Este año, además, el Centro de Recursos Educativos ONCE Barcelona celebra su 40 aniversario. Fundado en 1985, el CRE nació de un convenio entre la ONCE y el Departamento de Educación de la Generalitat para .ofrecer una respuesta eficaz a las necesidades educativas derivadas de la discapacidad visual Su ámbito de actuación incluye también Aragón, Baleares, La Rioja y Navarra, y trabaja en red con otros centros de la ONCE en el resto del Estado.

El trabajo de los más de 400 profesionales —73 de ellos en Catalunya— incluye docentes, psicólogos, trabajadores sociales, técnicos de rehabilitación, instructores de braille y tiflotecnología, y mediadores para alumnado con sordoceguera. Su labor se centra en atender al alumno, acompañar a las familias y asesorar a los centros educativos para garantizar una inclusión real y efectiva.

La presencia del braille en el entorno escolar —desde los libros de texto hasta la señalización de espacios— es fundamental para que el alumnado con discapacidad visual pueda moverse con autonomía y acceder al conocimiento en igualdad de condiciones. En palabras del Grupo Social ONCE, “apostar por el braille es apostar por una educación que no deja a nadie atrás”.

 

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