Una mujer fue asesinada de manera brutal a plena luz del día mientras paseaba con el cochecito de su bebé. El trágico suceso tuvo lugar el 6 de abril del año pasado en Bradford (Reino Unido), donde Kulsuma Akter, de 27 años, recibió más de 25 puñaladas por parte de su marido, Habibur Masum, de 26 años, en lo que la Fiscalía ha calificado como un "ataque feroz y mortal".
El caso se está juzgando en el Tribunal de la Corona de Bradford, donde el jurado ha conocido detalles escalofriantes del crimen. Kulsuma había escapado de su hogar en Oldham tras denunciar múltiples episodios de violencia doméstica. Masum, con un historial de celos, control y amenazas, la había agredido anteriormente e incluso llegó a ponerle un cuchillo en la garganta por un mensaje inocente de un compañero de trabajo. Por ello, Kulsuma fue reubicada en un refugio para mujeres maltratadas en Bradford.
Pese a la protección, Masum consiguió localizarla y la interceptó mientras caminaba con su hijo de siete meses. En ese momento, la atacó con un cuchillo en plena vía pública. Según la patóloga forense, la doctora Kirsten Hope, la víctima presentaba al menos 15 puñaladas profundas y 11 heridas incisas en el rostro, cuerpo y extremidades. Algunas lesiones en brazos y manos eran defensivas, indicio de que intentó protegerse del ataque.
La herida que causó la muerte de Kulsuma fue un corte profundo en el cuello que atravesó la tráquea y una vena principal, provocando una hemorragia masiva. La forense concluyó que se utilizó fuerza al menos moderada para infligir las lesiones.
El cuchillo utilizado fue hallado en un aparcamiento cercano al lugar de los hechos, según testificó el agente Christopher Goodwin.
A pesar de las pruebas, Habibur Masum niega haber cometido asesinato, aunque admite homicidio involuntario y posesión de arma blanca. También rechaza los cargos de agresión, amenazas de muerte y acoso. El juicio continúa.
Este caso vuelve a poner de relieve la violencia machista y los fallos en la protección de las víctimas, incluso cuando estas buscan ayuda y son reubicadas. La muerte de Kulsuma Akter, ante la mirada inocente de su bebé, conmociona a la sociedad británica y reaviva el debate sobre las medidas contra la violencia de género.
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