Según la magistrada, asistir a clase de manera regular es uno de los pilares fundamentales en la educación del menor, y su salud no le impedía ir a clase.
El absentismo escolar afectó a un total de 1.196 alumnos barceloneses, 718 alumnos de secundaria, frente a 478 de primaria. La tendencia decreciente del alumnado universitario de los últimos cursos se mantiene, según el CTESC.
La primera familia de Girona está condenada a una falta leve y una sanción de 600 euros para una joven de 15 años absentista desde primero de ESO. El segundo caso está pendiente de resolución definitiva.