Los nuevos estilos de vida y la exposición a productos químicos en el día a día ha convertido la infertilidad en un problema generalizado.
Los obesos tienen hígado graso, que puede acabar en una cirrosis hepática. Además, más de la mitad presenta niveles de testosterona bajos, así como una mayor prevalencia de disfunción eréctil. De hecho, en obesos mórbidos estos datos llegan hasta el 90 por ciento.
Resuelven una de las principales causas de fracaso en los tratamientos de fertilidad basados en la donación de óvulos.