Aunque la mayoría de los casos de hambre oculta se dan en países en vías de desarrollo, este fenómeno está comenzando a generar preocupación pública de los países desarrollados.
Uno de cada cinco españoles (20%) afirma seguir una dieta vegetariana, vegana o pescetariana, todas ellas caracterizadas por la exclusión de productos de orígen cárnico salvo en el caso de los flexitarianos.