Más insultos y acoso a periodistas con el procés
La crisis catalana perjudicó en 2017 la libertad de prensa, según Reporteros Sin Fronteras.
La crisis catalana ha jugado un papel "preponderante" en España y la libertad de prensa ha quedado "muy negativamente afectada" con más insultos y acoso a los informadores, según el informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) del año 2017 publicado esta semana.
"Si el conflicto que ha enfrentado durante los últimos años a las fuerzas independentistas catalanas con el Gobierno central ha ido pasando una lenta pero constante factura al periodismo en la región, los últimos tres meses de 2017 figuran ya entre los más negros de la historia democrática en lo que a la libertad de prensa en Catalunya se refiere", señala el informe.
RSF añade que "la escalada de inigualable tensión vivida desde la proclamación de las llamadas 'leyes de desconexión' en el Parlament, los días 6 y 7 de septiembre, hasta la Declaración Unilateral de Independencia, el 28 de octubre y la posterior detención de todo el govern (con la excepción del destituido presidente Carles Puigdemont y de los exconsellers que permanecen huidos en Bélgica) ha situado a los profesionales de los medios catalanes y enviados a Catalunya ante situaciones tan problemáticas como intolerables".
Señala que el fenómeno del “ciberacoso” en el conflicto catalán no es nuevo, sino que durante los últimos dos años, los periodistas de medios no alineados editorialmente con el llamado procés independentista, a favor de la secesión de Cataluña del resto de España, han tenido dificultades en la labor informativa.
En este sentido, destaca los señalamientos realizados por parte del director de Comunicación Exterior de la Generalitat y director de la campaña del partido Junts per Catalunya, así como por otros políticos independentistas. "Esta forma de poner al periodista en evidencia y los consiguientes linchamientos en redes sociales han sido una constante en Cataluña, que se ha recrudecido de forma proporcional al conflicto territorial", remarca.
LIBERTAD DE INFORMACIÓN
A este clima de presiones previo a los acontecimientos de septiembre y octubre se sumaron graves ataques a la libertad de información, como las agresiones a periodistas y reporteros gráficos durante la cobertura del referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre.
Xabi Barrena, periodista de El Periódico y varios fotógrafos españoles y extranjeros que, como él, cubrían la jornada en el colegio Ramón Llull de Barcelona, fueron agredidos por las fuerzas de seguridad, como lo fue Sofía Cabanes, redactora de Nació Digital en Tierras del Ebro, que grababa cargas policiales en La Rápita, o Jesús Badenes, jefe de Economía del Diari de Girona, que cubría la huelga que se produjo dos días después de la votación.
Reporteros Sin Fronteras también se hizo eco en su informe de la intimidación que supuso el registro del diario El Vallenc, cuyo director está investigado por imprimir material ilegal para el referéndum, así como la entrega de citaciones judiciales por parte de la policía a los medios Nació Digital, El Nacional.cat, Vilaweb, Racó Català, Llibertat.cat y El Punt Avui.
Según RSF, "lamentablemente, los amedrentamientos a periodistas no solo se han traducido en agresiones físicas, sino en hostigamientos sobre el terreno, que han dificultado extraordinariamente la labor de la prensa".
Los casos de insultos y acosos a periodistas de medios españoles y catalanes, de línea independentista y constitucionalista, se han multiplicado durante los meses de septiembre y octubre -hasta tal punto que ha sido difícil realizar un censo pormenorizado- creando una atmósfera irrespirable para la libertad de información en Catalunya".
Añade que periodistas de todas las cadenas de televisión españolas han sido abucheados e interrumpidos en sus directos al grito de “prensa española, manipuladora”, reporteros de televisiones y emisoras catalanas de radio han sido amenazados también en sus conexiones por ultraderechistas, llegando a causar graves desperfectos en las instalaciones de Catalunya Ràdio.
Rotura de material, desperfectos en unidades móviles y otros vehículos, amenazas, evacuaciones por peligro de enardecimiento de las masas y otras situaciones de riesgo han sido constantes durante los que, "sin duda, serán recordados como los dos peores meses para la libertad de información en Catalunya".
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