La célula terrorista de Ripoll, hermanos de cinco familias que no se sentían integradas en Catalunya
El secretario de Igualdad, Oriol Amorós, ha cuestionado que los miembros de la célula de Ripoll se sintieran integrados pese llevaban en el territorio muchos años.
El secretario de Igualdad de la Generalitat, Oriol Amorós, ha cuestionado que los terroristas de la célula de Ripoll, Girona, que cometió los atentados de Barcelona y Cambrils se sintieran integrados pese a que llevaban muchos años en Catalunya con sus familias, tenían trabajo y hablaban catalán y castellano.
En su intervención en la Comisión parlamentaria de investigación sobre los atentados del 17 y 18 de agosto de 2017 en Catalunya, Amorós ha afirmado que "una persona que decide matar a conciudadanos no pertenece a la comunidad".
Ha reflexionado sobre que el sentimiento de pertenencia a una comunidad va más allá de hablar la lengua, tener un trabajo y una familia, como era el caso de estos jóvenes, y también depende de cómo se es percibido por el resto de la comunidad y si ello les hace sentirse miembros, y ha considerado que estar arraigado aleja el riesgo de radicalización, pero no implica de por sí no poder radicalizarse.
Amorós ha asegurado que no tienen respuesta de por qué cometieron los atentados, ha apuntando a que "hay una parte de responsabilidad individual inalienable", pero que también hay elementos de riesgo que puedan ayudar a no sentirse miembro de la sociedad.
Ha explicado que los miembros de la célula eran hermanos de cinco familias y que, de los diez progenitores, nueve son analfabetos y el décimo tiene un nivel bajo de estudios, por lo que se ha preguntado qué tipo de interacciones tenían con la comunidad de Ripoll, especialmente en ámbitos informales.
El secretario ha valorado que hay "elementos de captación sectaria" en la radicalización de los jóvenes que cometieron los atentados ya que las técnicas del imán Abdelbaki Es Satty se parecen: aislamiento, separación de las familias y construcción de una identidad imaginaria.
Sobre por qué las familias no detectaron estos procesos de radicalización, el exdirector de Asuntos Religiosos ha apuntado a que se traslada a estas familias unas categorías familiares que no corresponden, "ya que el seguimiento de los hijos no es igual en familias que proceden de según qué entornos"
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