Magí Crusells: "Walt Disney envió a Franco una copia de 'La Cenicienta'"

El libro "Las películas que vio Franco (y que no todos pudieron disfrutar)" desvela cómo el dictador siente una disciplina rígida y sin mostrar ninguna emoción durante las proyecciones en su sala de cine en El Pardoo

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Cuando uno piensa en la figura  de Francisco Franco rara vez se viene la imagen de alguien a quien le pueda gustar el cine. Pero de hecho, el dictador, cuando decidió establecer su vivienda oficial en El Pardo, obligó a hacer reformas para transformar el teatro en una sala de proyecciones para poder disfrutar de películas. ¿Disfrutar?


José María Caparrós y Magí Crusells han realizado un estudio sobre la "afición" de Franco por el cine gracias al descubrimiento de unos programas de mano que los revelaron que el Caudillo había llegado a ver más de 2.000 películas entre 1946 y 1975. ¿Tenía una cara humana Franco?


En esta entrevista con el profesor Magí Crusells sobre su libro "Las películas que vió Franco (y que no todos pudieron disfrutar)" revela como el Generalísimo ni siquiera se relajaba con las películas, que no era más que una rutina semanal que programaba casi todos los miércoles y domingos a las 17 horas y que seguía con "disciplina militar" pasara lo que pasara en el resto del mundo.


Eso, y que Disney envió expresamente una copia de 'La Cenicienta' a Franco, y que éste tuvo el privilegio de ver películas sin censurar e incluso filmes que el resto de españoles nunca pudieron disfrutar hasta su muerte. La población tuvo que ver cómo la censura hizo que los protagonistas de 'Mogambo' fueran hermanos y se intuye un incesto porque no querían mostrar una relación extramatrimonial, o que el famoso guión de Franco, "Raza", no fue más que la "estructura de una historia que el Caudillo hizo convirtió en guión de una película" porque quería ser como el resto de dictadores y hacer del cine una herramienta de propaganda.


Un trabajo de investigación, largo, documentado, repleto de fotografías familiares de los Franco, programas de mano y carteles de cine en el que incluso los autores llegan a hablar con el mayordomo de Franco que estaba con él durante las proyecciones e incluso con la hija del dictador, Carmen Franco Polo, antes de su muerte.


¿Cuántos años ha estado para hacer el libro?

En números redondos, unos 8 años.


¿Ha habido mucho trabajo?

Y tanto, pero más que trabajo suerte. Sabíamos que Franco tenía en el Palacio del Pardo una sala de proyecciones pero queríamos ir más allá. La suerte viene cuando fui a Madrid para otra investigación y me acerco al archivo del Palacio Real para que me den una pista. Me dirijo al director y me dice que creía que tenía algo y ¡zas! Vuelve con una caja llena de polvo con los programas que hacían tiempo que nadie había visto. Suerte porque podrían habíamos haberme dado largas y enviarme a Internet cuando ello no estaba ¡ni catalogado!


¿No está en la red?

En aquel momento no lo estaba. Los pliegos aún estaban atados con cuerdas. Hacía años que nadie lo había revuelto. Y me encuentro casi 2.000 invitaciones a las proyecciones. Y me dejaron hacer fotocopias, porque en tres días que tenía entonces no podía recopilar todos los datos. Y en la red ahora consta que hay las invitaciones pero no están escaneadas, no te dicen las películas.


¿Qué tenían de especial?

Se repartían tan sólo 10 o 12 y sustituían a los programas de mano que para la época se daban en el cine y sólo constaba el título de la película. Y algo importante es que en algunos casos se pasaban películas aún sin estrenar e incluso sin censurar y lo indicaba en estas tarjetas. Una manera también que tenía Franco de demostrar a los invitados que él era el Caudillo de España y podía ver lo que quisiera.

O el caso de dos películas, 'Cristobal Colón' (1949) y 'Viridiana' que fueron dos películas prohibidas durante el franquismo, él las vio.


Estas invitaciones no eran personales, dice en el libro.

No, las iban a recoger en persona y sólo aparecía la película que se proyectaría. Se informaba de que antes se pasaría el NO-DO o el documental de rigor, habría un descanso y luego se proyectaba el film.


Sesiones largas, entonces

Sí, depende cuando duras la película podrían alargarse, con todo, un mínimo de tres horas. Y hasta la aparición de la tele se pasaban dos películas por semana, miércoles y domingo, y a veces incluso tres.


¿Esto quiere decir que era cinéfilo?

No, esto indica la mentalidad militar del personaje. Porque toca y pase lo que pase, hay proyección. Ejemplo: En octubre de 1962 ,con la crisis de los misiles de Cuba, como tocaba película, se vio la película. Porque él vivía en una burbuja y lo que pasara fuera, le era absolutamente igual.


Y además, en el listado de películas que mencionas en el libro no hay un género, que se pueda decir, preferido por Franco.

Destacan más, por número, las que serían de aventuras o de acción que suman 500. Lo que se dice un cine de evasión, para desconectar. No por cinefilia.


¿Pero le gustaba el cine? Porque él rodaba y explicas que Orson Welles dice que él vio una peli de dibujos hecha por Franco.

Lo de Orson Welles lo pongo pero no me lo creo y algunas personas, como explicamos en el libro nos lo desmienten. Pero no. A Franco no le gustaba el cine, para él era como un 'divertimento'.


En un momento dices que Franco invitaba a los actores o directores de los filmes que veía pero se acabó pronto.

Sí, porque la gente acababa pidiéndole favores. Cerraron el grifo y redujeron las proyecciones al círculo más íntimo para asegurarse de que nadie diera problemas.


Consigues hablar con el mayordomo de Franco y trataste de contactar con la hija.

Sí y el mayordomo fue amabilísimo y nos explicó grandes anécdotas que aparecen en el libro.

Con la hija quisimos contactar porque en las invitaciones en muchos casos se dice que se hacen proyecciones coincidiendo con aniversarios de las nietas o nietos. Y nos lo explicó el mayordomo además, que venían el marqués de Villaverde y Carmen Franco Polo con los nietos e incluso amigos.


¿Como fue el acceso a ellos?

El acceso directo no lo tuvimos porque se nos cerraron en banda. Pero a través de un miembro de la Fundación Francisco Franco le hizo llegar un cuestionario que nos respondió tirar balones fueras, pero al menos contestó.

Lo que no conseguimos es la segunda parte. Tener acceso a las películas que rueda Franco en el ámbito familiar, ya que hay algún fragmento que aparece en algún NO-DO o incluso imágenes de él rodando y Carmen Franco nos dijo que lo tenían los hijos.

Contactamos pues con Francis, y así como la madre respondió, él optó por lo que se dice "silencio administrativo".


El libro se llama "Las películas que vió Franco (y que no todos pudieron ver)", era una intención de dar una cara amable?

No, atención. Tanto José María como yo queríamos que se viera que Franco tenía el cine como una afición y más que afición una doctrina militar. Porque esto no quita que no firmara sentencias de muerte. Era un recreo que además seguía con horarios y disciplina militar. Tocaba cuando tocaba y se veía porque tocaba.


Explica el mayordomo que no expresaba emoción alguna, que se mostraba frío.

El mayordomo dice que como gallego que era le costaba mucho. Hacía algunas exclamaciones si era una comedia o caras de sorpresa si era de intriga. Pero ningún diálogo con sus invitados, que más allá de la despedida, después se iban por la misma puerta por la que habían entrado.

Además incluso Juan Cobos, el mayordomo, explica que una vez, en no recordaba qué película, cuando apareció una chica un poco ligera de ropa, ni siquiera desnuda, el Marqués de Villaverde hizo un comentario que provocó que Franco se girara y, dice Juan Cobos, "no le Dijo nada, con la mirada el fulminante y el marqués no Dijo nada más y Cuando se plazos la película de lo único que tenía ganas era de marcharse".


Se decía que Franco tomaba notas o incluso escribía críticas.

El mayordomo nos aseguró que nunca. Nunca tomó notas. Lo que también demuestra mucho la talla intelectual del personaje.


Entonces, ¿quien escogía las películas?

Esto nos sorprendió, porque Juan Cobos decía que era ella, Carmen Polo. A la hora de desayuno le proporcionaban una lista ya previamente preparada por algún organismo cinematográfico que simplemente era una lista con los títulos, sin sinopsis, y decidía cuál sin siquiera preguntar nada al marido.


¿Pero ninguna la decidía él?

Las únicas que casi seguro son las películas que fueron censuradas, que seguro las escogió él, el resto Carmen Polo.


Mira si ella era la cinéfila ...

Lo llegamos a pensar porque Juan Cobos decía que ella sí comentaba las películas con las amigas.


Y ella llegaba a decir si aprobaba el film y/o alguna escena?

No. Nunca. Y el mayordomo desmintió que hubiera ningún censor en estas proyecciones.


Y Franco llegó a censurar o vetar las películas?

No, lo hacían después.


Se muestran carteles censurados y anécdotas de censuras que hacen más polémica las escenas.

Sí, recogemos una pequeña muestra, pero los carteles dan por un libro aparte. Y sobre escenas modificadas es mítica la de Mogambo que para no mostrar que se tenían una relación extramatrimonial los hicieron pasar por hermanos y hacía pensar en incesto.


¿Te ha quedado alguna espinita? ¿Querrías hacer algún otro libro sobre Franco y el cine?

Hombre, si encontráramos o tuviéramos acceso a las películas que rodó .. pero viendo la actitud de los nietos, está difícil. Y con la hija ... antes las vende por dinero.

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