Sánchez censura las faltas de respeto en el Congreso en una pobre defensa a Borrell
Reclama sentido de Estado y una oposicion constructiva sin excesos verbales ni escenitas poco apropiadas con insultos y descalificaciones.
La polémica del miércoles en el Pleno del Congreso de los Diputados por la expulsión del diputado de ERC Gabriel Rufián y el supuesto escupitajo al ministro de Exteriores, Josep Borrell, por parte de uno de los republicanos ha tenido múltiples versiones, también la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Sánchez ha llamado a la calma a todos y a que no se convierta el hemiciclo en un patio de colegio pero algunas filas socialistas han echado en falta un mayor apoyo a su ministro.
El presidente del Gobierno ha preferido hacer de árbitro, dejando solo a Borrell, que fue blanco de las acusaciones de Rufián, quien entre otras cosas le llamó "indigno" y "hooligan".
Sánchez ha exigido tanto a Gabriel Rufián como al presidente del PP, Pablo Casado, que pidan disculpas por excederse verbalmente e insultar en el Pleno, al tiempo que ha reclamado "singularmente" a los partidos que tienen mayor representación parlamentaria que tengan sentido de Estado y hagan una oposición útil y constructiva desde el respeto.
El jefe del Ejecutivo ha instado tanto a Rufián como a Casado a que reconozcan sus excesos verbales.
"He dicho y es importante subrayarlo que todos los grupos tienen que hacer una reflexión de que las sesiones de control al Gobierno no pueden ser la ceremonia de la crispación", ha señalado Pedro Sánchez antes de recordar que no ha sido la primera aunque espera que sea la última vez que sucede en el Congreso.
MÁS ALLÁ DE LA ANÉCDOTA
Tras insistir que quiere regenerar la vida política, ha exigido a Rufián y a Casado que "simplemente" pidieran disculpas. Ha alegado al respecto que en el "fragor" de las discusiones en el Congreso "uno puede excederse" pero ha reclamado que estos excesos se reconozcan. "Pedir disculpas es bueno, sano también en democracia", ha remachado.
Ha destacado que han faltado "al respeto" del ministro de Asuntos Exteriores con el que ha asegurado que se solidariza. Pero cree que lo que ha ocurrido en el Parlamento "no es una anécdota", sino que viene ocurriendo en los últimos meses y por parte de determinadas personas "que no usan la palabra" para dialogar o hacer una oposición útil.
Escribe tu comentario