Un tribunal brasileño condena al Santander a pagar bonus atrasados a 8.000 antiguos empleados desde 1996
La entidad ha anunciado que recurrirá la decisión, pese a que los propios servicios jurídicos de la entidad ven "posible" la pérdida del recurso.
En los últimos tiempos, el Banco Santander no ha tenido un respiro en los tribunales. Si los pufos por la compra del Banco Popular aún colean, los problemas para la entidad financiera siguen ahora incluso con un océano de por medio.
El banco ha sido condenado por el Tribunal Supremo de Brasil a abonar bonus pendientes desde 1996 a los 8.000 empleados del antiguo Banespa, un banco carioca que fue adquirido por el Santander en el año 2000 y que constituye la base de su filial en ese país.
El desenlace desfavorable para la entidad, que ya ha anunciado que presentará una acción rescisoria y/o un recurso de apelación final contra la condena, llega tras un pleito que ha durado casi veinte años. En 1998, la Asociación de Jubilados de Banespa (Afabesp), presentó un litigio por los pagos pendientes de estos extra que, veinte años más tarde, ha sido favorable a sus intereses.
La decisión del Supremo de Brasil no define una cantidad específica a pagar por el banco, sino que esto se determinará una vez que se emita una decisión final y el proceso de ejecución haya comenzado. Los afectados elevan la factura hasta los 1.000 millones o incluso más, aunque el banco la reduce a 150 millones.
Sin embargo, los propios servicios jurídicos de la entidad no auguran mucha suerte a este recurso. Según indica la documentación remitida a la CNMV por Santander, los asesores legales del banco han clasificado el riesgo de pérdida como "posible".
NUEVO VARAPALO PARA EL SANTANDER
En el folleto del Santander remitido al controlador, se indica que las compensaciones a empleados en Brasil no se incluyen en las cifras de riesgo operacional, al ser consideradas como parte del coste de personal de la entidad desde un punto de vista de gestión, existiendo un seguimiento continuo de los niveles de gasto y de las medidas diseñadas para la disminución de los mismos en los órganos de gobierno del grupo.
Durante el ejercicio 2018, las pérdidas de riesgo operacional más relevantes de la entidad por tipología y geografía correspondieron a las causas judiciales en Brasil.
Sin embargo, entre los bretes que afronta la entidad y que también comunica en el pliego están el Brexit --el Santander está muy expuesto en Reino Unido, donde acumula un negocio incluso más importante que en España-- y los litigios derivados tras la adquisición del Banco Popular.
En resumen, el banco de Ana Botín seguirá afrontando a lo largo de 2019 un rimero de problemas judiciales que pueden lastrar su posición en el mercado financiero en un contexto de desaceleración europea para la cual los bancos ya están diseñando estrategias de control de daños.
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