La OPA de Fridman no aleja el fantasma de la quiebra de Dia

El inversor ruso mete miedo a los accionistas usando las pérdidas de la compañía durante el primer trimestre. Fridman advierte de que sin él la viabilidad de la cadena de supermercados no está garantizada.

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Pintan bastos para la cadena "roja" de supermercados. Cuatro días antes de que finalice el plazo de la OPA (Oferta Pública de Adquisición) liderada por Mikhail Fridman, propietario de la firma rusa de inversión LetterOne, los tenedores de acciones aún no han aclarado de forma mayoritaria si van a respaldar la iniciativa del accionista.


En caso de que la OPA no prospere, los resultados del primer trimestre no son nada halagüeños sobre su futuro. Dia espera unas ventas netas de entre 1.615 y 1.715 millones de euros en el primer trimestre, por debajo de los casi 1.793 millones de euros del mismo periodo de 2018 (un 4,3% menos). Además, se calcula un resultado neto (Ebit) negativo de entre 115 y 125 millones de euros, frente a los -6,1 millones de euros de un año antes.


Estas cifras negativas se suman al agujero patrimonial de la compañía que ha provocado un tira y afloja con las entidades bancarias para alargar el vencimiento millonario del crédito hasta el 31 de mayo.


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O YO O EL CAOS


Este conjunto de cifras, comunicado este viernes por el propio consejo de administración, han sido usados por Fridman para meter miedo a los tenedores de títulos. El planteamiento del eslavo es claro: si yo no tomo las riendas de esta compañía, Dia se hunde.


El accionista asegura que si la OPA sale adelante, realizará una ampliación de capital de 500 millones de euros que lograrán reanimar la maltrecha contabilidad de la cadena. Pese a que esta ampliación no está pactada con la banca, Fridman se presenta como el hombre providencial que puede salvar a la empresa del caos.


A este empeño se ha sumado el consejo, que el pasado 9 de abril dio un volantazo a sus reticencias iniciales y apoyó el envite de LetterOne. Desde entonces, la junta ha presionado para que se deje en manos del inversor el control de la firma, con la esperanza puesta en que Fridman logre un revulsivo que saque del atolladero a la compañía.


DE MOMENTO, LA OPA NO PROSPERA


La efectividad de la OPA está condicionada a la aceptación de, al menos, el 50% de las acciones a las que se dirige efectivamente, lo que supone un mínimo del 35,49% del capital social, que sumado al 29,001% propiedad de LetterOne, permitiría a éste alcanzar una participación mínima del 64,50%.


A cierre del 16 de abril, habían comunicado al agente de la OPA aceptaciones respecto de 20.517.986 acciones, lo que supone el 4,64% de las 441.937.819 acciones a las que se dirige efectivamente.


Esta cifra representa el 3,3% del capital social de la cadena de supermercados y se aleja del mínimo de 35,49% que precisa Fridman para que prospere su OPA. De ahí que se haya alargado hasta el 30 de abril el plazo para lograr que la OPA sea fructuosa.

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