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La tenista Arantxa Sánchez Vicario es una de las leyendas del deporte español cuya carrera ha ido disminuyendo importancia y cuya vida personal se ha ido conociendo más por los malos que por los buenos momentos.
La tenista Arantxa Sánchez Vicario es una de las leyendas del deporte español cuya carrera ha ido disminuyendo importancia y cuya vida personal se ha ido conociendo más por los malos que por los buenos momentos.
Tras el fallecimiento de la exesquiadora Blanca Fernández Ochoa, de quien se ha destacado que no supo gestionar el auge de ser una número uno y la posterior caída, son varias las voces que han hecho paralelismos entre Fernández Ochoa y Sánchez Vicario.
La tenista, de 47 años, denunció hace años estar arruinada por culpa de sus padres y lleva varios meses de batalla judicial con su ex pareja Josep Santacana. Ahora queda por saber quién de los dos se queda con la custodia de sus dos hijos y quién se encarga de la manutención.
En el caso de Blanca, su vida tras ser leyenda del esquí pasó más desapercibida, pero los expertos alertan de cómo la élite del deporte puede echarse a perder a medida que reducen la adrenalina y el subidón de competir para ganar y seguir ganando.
Ahora es la justicia estadounidense la que pone en apuros a Sánchez Vicario, ya que además del drama familiar se suma la tragedia económica. Ella le apoyó en todo a él, poniéndose incluso en contra de su familia, que ahora ve tristemente como Santacana poco a poco se va apropiando de la fortuna de la tenista.
Fuentes cercanas a la pareja sostienen que él se ha llevado todos los bienes de la deportista, incluso los trofeos que ha ido ganando a lo largo de su historia.
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