​Turismofobia en Catalunya

Alejandro Fernández Álvarez
Presidente del PP catalán

En sorprendente actitud suicida (o no tan sorprendente, visto lo visto en Catalunya) el sector económico que representa nada más y nada menos que el 12% del PIB catalán, lleva años recibiendo ataques por tierra mar y aire, en especial por parte de la izquierda y el nacionalismo.



Viajes y turismo Cremallera de Montserrat


La izquierda radical de Colau difundiendo la turismofobia del "Tourists Go Home" han sido los más insistentes en estos últimos años, deteriorando la Marca Barcelona, una de las más potentes del mundo.


Por su parte, el Gobierno separatista de la Generalitat, además de freir a impuestos al sector, lleva 8 años dedicando improperios a nuestro principal mercado, el del resto de España. Cierto es que han empezado a reaccionar, pero mucho nos tememos que el daño ya esté hecho y no sea ya demasiado tarde.


 Y por si todo esto no fuera suficiente, los últimos en sumarse a la fiesta turismofóbica han sido los Ministros del Gobierno de España, con constantes desprecios al sector (Ábalos hablando de sacrificarlo) y con el Ministro Garzón a la cabeza, que acusa al sector de aportar poco valor añadido y empleo de mala calidad.


Permítanme que me detenga en estas acusaciones, que son las más graves por lo sibilino y perverso de su planteamiento.


Sostiene Garzón que debemos avanzar hacia un nuevo modelo productiv con más industria, ciencia e innovación. En primer lugar, es falso que el turismo no aporte innovación. Nuestra gastronomía, esencial en el paquete turístico nacional, ha demostrado cómo liderar la innovación en el mundo, así como algunos de nuestros hoteles e infraestructuras turísticas en general. Pero en fin, supongamos que aceptamos la premisa de Garzón de la necesidad de impulsar un "nuevo modelo productivo". Para ello necesitamos un gran acuerdo nacional en las Cortes, que empiece por una reforma educativa muy profunda que incida en la calidad y la cultura del esfuerzo, en vez de la propuesta izquierdista de regalar el aprobado. A continuación, tocaría impulsar las reformas económicas pertinentes. Total, como mínimo 15-20 años para empezar a notar el "nuevo modelo productivo"...¿y mientras tanto qué?


Ese "¿Y MIENTRAS TANTO QUÉ?" es siempre la gran carencia de la izquierda y el nacionalismo. Plantean una utopía que supuestamente nos conducirá a una arcadia feliz (llámese independencia o socialismo utópico) pero la utopía nunca llega, y mientras tanto, todo el mundo al paro. ¿De qué va a trabajar el personal de hoteles, restaurantes, bares o centros de ocio mientras estos lumbreras montan el "nuevo modelo productivo"? ¿Acaso pretenden tenerlos 10 años cobrando la renta mínima en lugar de trabajar en lo suyo?


Precisamente por ello, el Partido Popular renuncia a cualquier utopía y se preocupa por el mañana, por supuesto, pero nunca olvida el "hoy". Cómo ayudar HOY al sector a mantener el empleo flexibilizando los ERTE´s, transformando las cancelaciones en bonos viaje, bajando impuestos a empresas y particulares, etc. etc.



Avanzar hacia un nuevo modelo productivo no puede nunca significar enviar a la miseria a millones de trabajadores. Todo lo contrario, ese nuevo modelo debe ayudarles a mejorar paulatinamente sus condiciones laborales. Así han avanzado siempre las sociedades libres. Desde la reforma, nunca desde la revolución. Y los hay que nunca aprenden la lección.

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