La nueva vida de Dolores Delgado y Baltasar Garzón

 

Dolores Delgado, fiscal general del Estado, es uno de los personajes más cuestionados del mundo político. Su nombramiento como representante del Ministerio Fiscal justo después de haber el ejercido el cargo de Ministra de Justicia en la ejecutiva de Pedro Sánchez puso en serias dudas la separación de poderes. Pero en este artículo toca dejar de lado las peripecipas políticas de Delgado para centrarse en su vida sentimental, que no es menos interesante.

La semana pasada, cuando se decretó el confinamiento en Madrid, algunos medios revelaron que Dolores Delgado había estado cenando en Cáceres con uno de los personajes más mediáticos de la judicatura española: Baltasar Garzón. Además, aseguraban que habían violado la cuarentena decretada por Salvador Illa al haber salido de Madrid. Más tarde, el juez inhabilitado se encargó de desmentir esta  información. "Cumplimos la ley, salimos el viernes a las 16.30 y la norma entró en vigor a las 10 de la noche", declaró a OkDiario.

Sea como sea, la pareja huyó de la capital antes de que fuera confinada. Según explicó el propio Garzón a "OkDiario", estuvieron pasando el fin de semana en casa de unos amigos. 

Según explican, la relación entre Delgado y Garzón se inició cuando ella entró en la Audiencia Nacional en 1993. Siempre hubo sintonía en los despachos y fuera de ellos, pero nada más. Por aquel entonces, Garzón estaba casado con María Rosa Molina, madre de sus hijos María, Baltasar y Aurora. Por otro lado, Delgado estaba casada con Jordi Valls Capell, con quien tuvo dos hijos. 

Valls es uno de los hombres fuertes de El Corte Inglés. Según consta en su currículo, entró en la empresa en 2008 y desde entonces ha conseguido ascender hasta ostentar cargos como la dirección de Catalunya. "Dolores es una mujer apasionada y con muchas ganas de vivir, Valls es un hombre templado y dotado del famoso seny catalán", dijo un amigo de la pareja en El Mundo. Cuando iniciaron su relación matrimonio, ella combinaba su trabajo de bibliotecaria con los estudios de las oposiciones, y Valls trabajaba en una editorial de publicaciones de medicina.

Se divorciaron tras 32 años. En 2017 Valls se estableció en Barcelona para ejercer su cargo de directivo en Cataluyar y solo iba a Madrid a ver a su mujer e hijos los fines de semana. Al final la distancia rompió el matrimonio. Valls fue nombrado por Victor del Pozo, el consejero delegado nombrado por las hermanas Álvarez después de defenestrar a su primo Dimas. En un intento por lograr el control de la directiva, el nuevo CEO puso a Valls, un hombre de su confianza, en la dirección de Catalunya.