Las mujeres prehistóricas eran grandes cazadoras

El análisis estadístico muestra que entre el 30 y el 50 por ciento de los cazadores en estas poblaciones eran mujeres, según el estudio.

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Un equipo de investigadores ha dado con un hallazgo que puede cambiar la manera en que concebimos la historia. La mujer, siempre relegada a un segundo plano, ya cazaba hace 9.000 años y por lo tanto es posible que jugara el mismo papel que el hombre en las sociedades prehistóricas. 


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Reconstrucción de la caza de vicuñas en Wilamaya Patjxa, Perú / Matthew Verdolivo (Universidad de California en Davis) 


El estudio "Mujeres cazadoras de las Américas tempranas", publicado en la revista Science Advances y realizado por la Universidad de California en Davis (EE UU) y el Instituto de Investigaciones Arqueológicas Collasuyo (Perú), en colaboración con la población local peruana, ha encontrado restos de una mujer cazadora de hace 9.000 años en los Andres peruanos. De este modo, los investigadores han puesto en cuestión el mito del 'hombre-cazador' en la búsqueda de comida.  


"Un descubrimiento arqueológico y un análisis de las prácticas funerarias tempranas anula la hipótesis del 'hombre-cazador'", explicó el profesor asistente de antropología en la UC Davis y autor principal del estudio Randy Haas. "Creemos que estos hallazgos son particularmente oportunos a la luz de las conversaciones contemporáneas en torno a las prácticas laborales de género y la desigualdad", agregó, poniendo en relieve la situación en que se encuentran las mujeres en las sociedades actuales. 


"Las prácticas laborales entre las sociedades recientes de cazadores-recolectores tienen un alto grado de género, lo que podría llevar a algunos a creer que las desigualdades sexistas en cosas como el salario o el rango son de alguna manera 'naturales'. Pero ahora está claro que la división sexual del trabajo era fundamentalmente diferente, probablemente más equitativa, en el pasado profundo de cazadores-recolectores de nuestra especie", sostiene el autor.    


En 2018, durante las excavaciones arqueológicas en un sitio a gran altitud llamado Wilamaya Patjxa en lo que ahora es Perú, los investigadores encontraron un entierro temprano que contenía un juego de herramientas de caza con puntas de proyectil y herramientas de procesamiento de animales. Los investigadores aseguran que los objetos que acompañan a las personas en la muerte suelen ser los que han estado con ellos toda su vida, por lo que determinaron que los restos eran de un cazador. A posteriori, a raíz de la investigación del osteólogo del equipo, James Watson, de la Universidad de Arizona, supieron que los hallazgos eran probablemente de una mujer. La estimación del sexo de Watson fue confirmada más tarde por el análisis de proteínas dentales realizado por la investigadora postdoctoral de UC Davis Tammy Buonasera y Glendon Parker, profesor asociado adjunto.


El sorprendente descubrimiento de un entierro temprano de cazadoras llevó al equipo a preguntarse si ella era parte de un patrón más amplio de cazadoras o simplemente una única. Al observar los registros publicados de entierros del Pleistoceno tardío y del Holoceno temprano en América del Norte y del Sur, los investigadores identificaron 429 individuos de 107 sitios. De ellos, 27 individuos estaban asociados con herramientas de caza mayor: 11 eran mujeres y 15 eran hombres. La muestra fue suficiente para "garantizar la conclusión de que la participación femenina en la caza mayor temprana probablemente no fue trivial", dijeron en un comunicado los investigadores. Además, el análisis identificó a la cazadora Wilamaya Patjxa como el entierro de cazadores más antiguo de América.    


El análisis estadístico muestra que entre el 30 y el 50 por ciento de los cazadores en estas poblaciones eran mujeres, según el estudio, un  nivel de participación que contrasta fuertemente con los cazadores-recolectores recientes, e incluso con las sociedades agrícolas y capitalistas, donde la caza es una actividad decididamente masculina con bajos niveles de participación femenina, ciertamente por debajo del 30 por ciento, explicó Haas.    


Si bien la investigación responde a una vieja pregunta sobre la división sexual del trabajo en las sociedades humanas, también plantea algunas nuevas cuestiones. El equipo ahora desea comprender cómo la división sexual del trabajo y sus consecuencias en diferentes momentos y lugares cambiaron entre las poblaciones de cazadores-recolectores de las Américas.

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