Barcelona habilitará tres hoteles y residencias para acoger a personas sin hogar
Se trata de un edificio con 95 plazas ubicado en el distrito de Gracia que gestionará la Fundación Salud y Comunidad, otro de 100 plazas ubicado en el distrito de San Martín que gestionará la Cruz Roja y uno de 26 plazas,
El Ayuntamiento de Barcelona ha alcanzado un acuerdo para que tres hoteles y residencias de la ciudad acojan a partir de este mes de noviembre personas sin hogar o en situación de emergencia habitacional.
Se trata de un edificio con 95 plazas ubicado en el distrito de Gracia que gestionará la Fundación Salud y Comunidad, otro de 100 plazas ubicado en el distrito de San Martí que gestionará la Cruz Roja y uno de 26 plazas, más pequeño, sólo para mujeres, que está situado en el distrito de Sarrià - Sant Gervasi y que gestionará el Centro Asís. Aunque el acuerdo es firme y los traslados se empezarán a hacer en los próximos días, lo que permitirá por ejemplo trasladar las cerca de 170 personas que aún están acogidas en Fira de Barcelona actualmente, los equipos profesionales del consistorio han pedido no especificar las direcciones exactas de estos hoteles y residencias para no generar presión mediática y permitir un acompañamiento más tranquilo tanto a las personas que serán trasladadas como el vecindario de cada una de las zonas. En cualquier caso, los traslados permiten ofrecer a las personas en situación de sinhogarismo o de emergencia habitacional un espacio más seguro ante posibles contagios, con más autonomía y con mayor privacidad, tres de las condiciones que se buscaban una vez superada la irrupción de la pandemia de Covid-19 y la necesidad inicial de abrir nuevos equipamientos de emergencia lo más rápido posible.
Los tres hoteles y residencias suman 221 plazas en total y se sufragarán con 2 millones de euros del total de 3,5 millones que la Generalitat comprometió hace unos días para atender a personas en situación de sinhogarismo en Barcelona y el Área Metropolitana . Esta cantidad permite garantizar su funcionamiento hasta el próximo mes de abril, en un contexto en el que hay que recordar que el Ayuntamiento de Barcelona destinará sólo este año, en solitario, un total de 45 millones de euros a este capítulo. Esto representa un nuevo máximo histórico y un incremento del 30% respecto al año anterior, un dinero que ha servido para incrementar las 2.200 plazas de acogida que integran las entidades de la Red de Atención a Personas Sin Hogar (XAPSLL) hasta las cerca de 2.700 actuales, y que en cualquier caso se mantendrá durante los próximos meses o bien se convertirá estructurales en determinados casos. Las cifras recogidas diariamente por los diferentes equipos de Servicios Sociales de la ciudad demuestran que esta política preventiva ha sido útil para limitar una parte de los efectos socioeconómicos derivados de la pandemia sobre la población más vulnerable y, sin ánimo de menospreciar la problemática o pensar que la situación está solucionada, la ciudad se sitúa estas alturas a las puertas del invierno con el número más bajo de personas durmiendo en la calle de los últimos tres años.
Además de estas 221 plazas, Barcelona también cuenta con las 40 plazas para mujeres de La Semilla que gestiona San Juan de Dios Servicios Sociales, las 40 plazas para jóvenes ubicadas en Montgat que gestiona Superacció y 70 para personas con drogodependencias que gestiona ABD en un equipamiento de la Fundación Pere Tarrés. Igualmente, la ciudad reabrirá el Instituto Pere Calafell la próxima semana, después de hacer las obras de mejora y adecuación para 58 personas y que gestionará Cruz Roja. La ciudad dispone adicionalmente de otros equipamientos preparados para hacer frente un posible rebrote de la Covid-19 o una bajada de las temperaturas por debajo de los 0 grados centígrados que pueden funcionar como equipamientos de acogida de emergencia puntual: las 75 plazas del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), las 225 plazas de uno de los pabellones de Feria de Barcelona y las 50 plazas de otro hotel situado en el distrito del Eixample.
Balance de las personas atendidas
Entre el mes de marzo y octubre de este año, los diferentes equipamientos extraordinarios para personas sin hogar en el contexto de la Covid-19 han permitido atender un total de 1.522 personas, de las cuales 1.286 son hombres, 232 mujeres y 4 personas que se identifican como no binarias. En paralelo, los equipos de calle del Servicio de Inserción Social en Medio Abierto (sismo), que han seguido haciendo su trabajo diario en todo momento, detectaron el mes pasado un total de 982 personas durmiendo en la calle. Esta es la cifra más baja de los últimos tres años a las puertas del invierno. En noviembre de 2018 eran 1.050 personas y en noviembre del año pasado 1.091. El máximo observado se registró en julio de 2019, con 1.112 durmiendo en la calle, y en el mes de febrero de el año pasado, justo antes del estallido de la Covid-19, eran 1.077. Estas cifras permiten afirmar que la labor preventiva realizada por el Ayuntamiento de Barcelona ha permitido contener el sinhogarismo en la ciudad, y más en un contexto en el que al menos una de cada cinco personas atendidas en estos dispositivos extraordinarios llegaron desde municipios fuera de Barcelona o bien que cerca de la mitad no se encontraban en situación de calle, sino que dormían en habitaciones de realquiler, casas de familiares y amistades u otras situaciones de infravivienda.
La conclusión a la que llegan los Servicios Sociales municipales es que los efectos de la Covid-19 han precipitado posibles situaciones de sinhogarismo en personas que no habían pasado nunca por la calle, especialmente personas de nacionalidad extranjera con poca red social, vivienda precaria y unos ingresos que dependen de actividades económicas muchas veces irregulares. Y que todo ello se ha hecho preservando la salud de las personas atendidas y evitando su contagio de Covid-19, lo que era uno de los objetivos básicos por el que se pusieron en marcha estos dispositivos. Estas personas son extremadamente vulnerables, pero a la vez son personas que con un apoyo puntual consiguen encontrar de nuevo una fuente de ingresos y una habitación o vivienda compartida, a pesar de seguir estando en una situación frágil. Por este motivo, las políticas de garantía de rentas como son el Ingreso Mínimo Vital puesto en marcha por el Estado español o bien la Renta Garantía de Ciudadanía de la Generalidad de Catalunya se convierten centrales en la garantía de derechos y son esenciales para reducir situaciones de pobreza y vulnerabilidad.
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