Poliorama: «El mètode Grönholm» es “el texto catalán más representado por el mundo en toda la historia de nuestro teatro”
No lo digo yo, lo dice Sergi Belbel. Con perdón de Guimerà, Rusiñol o Sagarra y hasta de La Cubana y La Fura dels Baus y de tantos otros que creíamos los epígonos alrededor de los cuales giraba la historia del teatro autóctono
“«El mètode Grönholm» es, sin lugar a dudas, el texto teatral catalán (y cuando digo catalán quiero decir, por supuesto, escrito originalmente en catalán) más representado en todo el mundo en toda la historia del nuestro teatro. Hay "éxitos" relativos, circunstanciales, puntuales, que el viento se puede llevar. El espectáculo se estrena y se olvida. Pero por suerte el texto permanece. Y el texto de «El mètode Grönholm» se ha convertido, tan sólo unos pocos años después de su estreno, auténtica historia de nuestro teatro contemporáneo. De nuestro teatro de todos los tiempos. Es un hecho objetivo, indiscutible”.
No lo digo yo, lo dice Sergi Belbel. Con perdón de Guimerà, Rusiñol o Sagarra y hasta de La Cubana y La Fura dels Baus y de tantos otros que creíamos los epígonos alrededor de los cuales giraba la historia del teatro autóctono. Jordi Galceràn es a día de hoy el autor dramático catalán más universal puesto que «El mètode Grönholm», a los diecisiete años de su estreno, ha sido traducido a una treintena de idiomas y se ha representado en sesenta países. Ahí es nada. Ahora mismo ha regresado al Teatro Poliorama en su cuarta temporada en este mismo local.
¿Cuál es la razón del éxito de esta comedia? Pues bien, yo diría que concurren para ello una serie de factores. El primero de todos, que narra una situación de absoluta actualidad, al menos en nuestro mundo: la competición entre cuatro candidatos que dicen optar a un puesto de trabajo de nivel directivo en el seno de una importante empresa y que coinciden a la hora de realizar la última prueba. Pero el punto de partida ha sido trabajado por Galceràn de una manera magistral de tal modo que en el desarrollo de la acción dramática se suceden una serie de hechos y circunstancias imprevistas que ponen en duda la propia personalidad de los personajes sometidos a una sucesión de pruebas surrealistas destinadas que conducen a un desenlace insospechado y sorprendente. Hay algo más: el diálogo entre todos ellos está plagado de situaciones afortunadas -gags- que mueven a la hilaridad al público y hacen que esta obra, que podía haber adquirido, habida cuenta de su nudo argumental, un carácter esencialmente dramático, se transforme progresivamente en una sátira divertida que nos invita a reírnos de nuestros propios prejuicios y ambigüedades.
Belbel ha dirigido, una vez más, la puesta su escena que protagonizan en el Poliorama Enric Cambray, Mar Ulldemolins David Verdaguer y Marc Rodríguez con excelente oficio, asumiendo sus respectivos personajes, poliédricos, equívocos, desconcertantes pero, a la vez, muy divertidos incluso en el contexto de la, para algunos de ellos, ficticia e incluso trágica competición que parece unirles en un mismo lugar.
Escribe tu comentario