¿Por qué hay tanta polémica en torno a la ley trans?
Pero, ¿qué es el género y que es el sexo? En este punto es donde un sector del feminismo no está de acuerdo con la ley trans, ya que considera que hace peligrar uno de los pilares en lo que luchan desde hace años
Últimamente, las personas trans y sus derechos son el centro de muchas conversaciones. Y es que desde hace meses, el Gobierno impulsa una ley trans que está causando polémica tanto en la sociedad como entre los dos socios del Gobierno, el PSOE y Unidas Podemos. Mientras que media sociedad y los colectivos trans reclaman la aprobación de la ley, la otra mitad de la sociedad y algunas agrupaciones feministas han criticado el borrador que impulsa el Ministerio de Igualdad de Irene Montero porque creen que hay algunos puntos controvertidos que pueden poner en riesgo el papel de las mujeres en la sociedad.
Manifestación a favor de las personas transgénero (EP)
El género y el sexo
La futura ley trans espera eliminar el requisito del diagnóstico médico o psicológico de disforia de género para que una persona pueda cambiar su sexo en el registro civil, así como el hecho de que la persona tenga que hormonarse obligatoriamente durante dos años. Y es que las personas trans no creen que la identidad de género sea un trastorno, sino que dicen que es un sentimiento inherente.
La presidenta de la Plataforma Trans, Mar Cambrollé, cree que pedir un diagnóstico a las personas trans las estigmatiza como si fueran "enfermas", y denuncia que esto viola su dignidad y las discrimina. De hecho, la OMS eliminó en 2018 la transexualidad como un trastorno y el Consejo de Europa recomendó en 2015 a los países que aprueben procedimientos rápidos basados en la autodeterminación de género para cambiar el sexo y el nombre en los registros. Así pues, Cambrollé defensa que no es necesario un cambio de sexo para cambiar el género.
Pero la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, aseguró hace tan sólo unas semanas que hay que dotar a la norma de mayor seguridad jurídica y aseguró que estaba preocupada por "la idea de pensar que el género se elige sin más que la simple voluntad o el deseo, poniendo en riesgo, evidentemente, los criterios de identidad del resto de los 47 millones de españoles". Estas palabras generaron duras críticas desde Unidas Podemos y también por parte de la diputada socialista de la Asamblea de Madrid Carla Antonelli.
Pero, ¿qué es el género y que es el sexo? En este punto es donde un sector del feminismo no está de acuerdo con la ley trans, ya que considera que hace peligrar uno de los pilares en lo que luchan desde hace años. Según la socióloga Silvia Carrasco, "el género es el sistema que atribuye comportamientos, personalidades, derechos, y que se marca para feminizar los cuerpos de las mujeres y masculinizar los cuerpos de los hombres y establecer la inferioridad de las mujeres en todas las sociedades y culturas conocidas de todas las épocas ".
Por otro lado, el sexo es la biología con la que nacen los humanos a partir de los cromosomas que determinan el hecho de ser mujer o ser hombre. Por tanto, según Carrasco, el género es en realidad una construcción sociocultural a partir del sexo y es artificial. Si no fuera artificial, explica, no se debería imponer "a través de la violencia, a través de una socialización estrictísima y a través de medios directos e indirectos que terminan haciendo que las mujeres acepten su papel subordinado y que los hombres se crean su papel superior en muchas áreas de la vida".
Así pues, Carrasco cree que la nueva ley "perpetúa completamente" la idea de género. "Es una ley totalmente retrógrada, pero sobre todo es profundamente sexista, porque confunde ser hombre o mujer con los estereotipos tradicionales, con ser hombre o mujer según los marcadores tradicionales, los marcadores estéticos, los marcadores físicos... incluso los roles. esto es lo que es inaceptable, es un enorme paso atrás que no es casual en absoluto", explica a Catalunya Press.
Por el contrario, algunos sectores dentro del feminismo sí están de acuerdo con la ley trans que promueve Irene Montero. El 20 de enero, 80 colectivos feministas firmaron un manifiesto explicando que había que dejar de lado la polémica. Sobre el género, creen que debe dejar de ser rígido y que hay más opciones que el femenino y el masculino. "Deseamos una sociedad en la que las personas no sientan la presión de cumplir con la rigidez de género, que admita las variables diversas y transformadoras del femenino y del masculino. Sin embargo, necesitamos también dotarnos de mecanismos adecuados para acompañar el autonomía de las infancias y su derecho a desarrollarse plenamente. el feminismo no puede dar la espalda a estas realidades ni contribuir a empeorar la calidad de vida de las infancias", aseguraban.
"Creemos que el debate fortalece el movimiento feminista. Pero es difícil reflexionar sobre cuestiones complejas cuando nos vemos obligadas a defender el más básico: la existencia y la dignidad de las personas". Además, aseguran que el debate entre feminismo y colectivos trans "contribuye a aumentar los niveles de violencia que viven las personas trans, en particular las mujeres trans, y legitima indirectamente esta violencia".
Colectivos feministas se manifiestan contra la ley trans (EP)
Niños trans
Otro de los puntos más controvertido de la ley es que los menores de edad puedan pedir el reconocimiento de su identidad de género en el registro. La propuesta de Podemos es que las personas mayores de 16 años no tengan que pedir el consentimiento de los padres y que las menores sólo necesiten el de uno de los progenitores o tutores legales. Además, incluye que si los padres se niegan, haya un defensor judicial que defienda los derechos de la persona trans.
El grupo Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo) criticó el lunes que "lo que propone Igualdad es hacer que los menores cambien de sexo según su comportamiento para que se adecuen a la teoría heterosexual". En este sentido, critican que la Ley Trans incluya para los docentes la detección de posibles casos transgénero en las aulas basándose en "anacronismos sexistas" que "limitan la expresión" de los menores.
Lo mismo ocurre a padres y familiares, señaló la docente Marta Gómez-Vila, que critica la
decisión de Igualdad que el cambio registral de las personas trans se determine en "lo que el menor siente" y que se les permita realizarlo sin seguimiento médico o sin el conocimiento familiar. En su opinión, esta decisión amenaza la posibilidad de que los progenitores o personas cercanas "verbalicen sus dudas o su oposición" porque también supondría un delito de transfobia.
Desde la plataforma Contra el borrado de las Mujeres, creen que hay peligro de que muchos niños y niñas decidan cambiar el género, y además, denuncian que hay activistas que están convenciendo a las niñas que, si no les gustan los estereotipos machistas, es que son niños y no niñas. Además, aseguran que algunos de los niños que creen que son del género opuesto a su sexo biológico son gays o lesbianas, y no transgénero. Finalmente, denuncian que dar alas a los niños para hormonarse conduce a que comiencen un camino que los condicionará toda la vida.
Aún así, Mar Cambrollé asegura que es "mentira" que los niños y niñas puedan cambiar de sexo sin el consentimiento de los padres, ya que "si los padres no están de acuerdo, el menor no solo a un juzgado a pedir el cambio de sexo o al médico a pedir bloqueadores hormonales, sino que son los servicios sociales que lo hacen cuando se dan cuenta que es trans y será el juez quien lo determine, siempre poniendo por delante el libre desarrollo del menor ".
"Los niños, antes de ser reconocidos y acompañados con amor por sus familias y su entorno, eran niños que tenían pesadillas, tics nerviosos, bajo rendimiento escolar, pensamientos suicidas o eran demasiado introvertidos y, solo desde el respeto a su identidad, desde la expresión del amor, han desaparecido estos problemas", explica Cambrollé.
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