Los vecinos de Finestrelles, en Esplugues, se unen contra el aumento de robos

 

Hace unos meses que los robos y atracos en el barrio de Finestrelles, en Esplugues de LLobregat, van en aumento. Se trata de un barrio muy familiar, de casas adosadas y calles empinadas. Un barrio tranquilo, donde los niños salen a la calle a jugar a la pelota o al pica-pared.

Cartel de la Asociación de Vecinos de Finestrelles

Pero, según afirma Victoria Santos, tesorera de la Asociación de Vecinos de Finestrelles, "el barrio ya no es tan seguro como hace unos años". Durante los últimos meses, más de una familia ha vuelto a casa para encontrar una ventana rota o una puerta abierta, y sus pertinencias desaparecidas. 

La gota que colmó el vaso, dice Victoria, fue cuando entraron a robar en una casa mientras la familia se preparaba para salir a cenar y se encontraron a los ladrones en la planta inferior de su casa. "La madre y las niñas salieron al patio chillando y los vecinos acudieron enseguida, lo que hizo que se fueran por patas", explica Victoria. Y añade: "fue entonces cuando decidimos actuar".

"Hemos estado en contacto tanto con el Ayuntamiento como con los Mossos d'Esquadra i la Policía Local", dice Victoria. Pero, aunque les han ofrecido más presencia policial en el barrio, también los han alertado de que no hay suficiente incidencia como "para que los pocos recursos" que tienen se destinen únicamente a esa zona. "Además", añade Victoria, "nos dijeron que si ponen más presión policial aquí los robos seguirán pasando, pero en otra zona". 

Así que los vecinos han decidido organizarse:"Hemos creado un chat de vecinos para mantenernos alerta, aunque solo participan 20 de las 300 familias que vivimos en el barrio", cuenta la tesorera con un poco de resquemor y tristeza. Pero eso es solo el inicio: "también hemos repartido silbatos en todas las casas, de modo que si hay algún tipo de incidencia podemos hacerlo saber al resto de vecinos, y hemos puesto placas que alertan a intrusos de que los vecinos están alerta y conectados". Aunque aún están pendientes de que el Ayuntamiento les permita ponerlas en las farolas, la Asociación cree que puede ser un factor decisivo para ahuyentar atracadores. 

Ahora están empezando a contratar a agentes de seguridad privada para hacer turnos de noche, en un intento de lograr pegar ojo sin pensar que amanecerán con la casa vacía. "Pedimos al Ayuntamiento que instalase cámaras de seguridad en las calles, pero nos dijeron que sólo facilitaban cámaras en los barrios más conflictivos, como el Raval". 

"Encima", se queja Victoria, "los Mossos nos han llamado ahora para decirnos que como hace dos meses que no hay ningún incidente no van a seguir con las patrullas extras", aunque el último intento de robo que le consta a ella es de hace unas tres semanas. 

LOS LADRONES PREFIEREN LOS BARRIOS FAMILIARES

Fuentes de Mossos d'Esquadra han explicado a CatalunyaPress que la decisión de poner cámaras de seguridad no les compete solo a ellos, también es del Ayuntamiento. De todas formas, recuerdan que todos los hogares pueden instalar una cámara de forma privada. 

La policía catalana explica que los ladrones buscan casas de alto nivel económico en zonas donde no viva demasiada gente, barrios familiares donde los padres vayan a trabajar y los hijos a la escuela. Dejan marcadores en las puertas y, con el tiempo, pueden conocer a qué hora salen y entran de sus casas. 

Las mismas fuentes de Mossos reconocen a CaralunyaPress que se podría mejorar en tareas de prevención de los delitos, pero "no pueden poner una patrulla en cada esquina". Explican que, desgraciadamente, su protocolo por el momento es actuar cuando ya han ocurrido los robos, delimitando las zonas donde actúan los ladrones para encontrar ciertos patrones que les lleven a identificarlos.