Los trabajadores sociales reclaman menos tareas burocráticas para poder recuperar “su esencia”
El 64% de trabajadores sociales del ámbito de Dependencia, el 56% del de Inmigración y el 53% del de Servicios Sociales Básicos dedican más de media jornada a tareas administrativas.
La mitad de las trabajadoras sociales de Catalunya dedica más de la mitad de su jornada laboral a realizar tareas burocráticas en lugar de a su trabajo propiamente dicho. Así lo comunicó el Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Catalunya después de realizar una encuesta a sus colegiadas. También alertó de que este problema es mayor en algunos ámbitos como la Dependencia (64%), la Inmigración (56%) y los Servicios Sociales Básicos (53%).
Por esta razón, desde el Colegio apoyaron la huelga de trabajadores sociales que se llevó a cabo el 7 de junio en Barcelona. Allí reclamaban, por una parte, no tener que colaborar en los desahucios y por otra, una mejora de sus condiciones laborales. Unas condiciones que han llevado a estos trabajadores a realizar más tareas administrativas de las que deberían.
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LOS TRABAJADORES SOCIALES NO PUEDEN HACER SU LABOR
Los trabajadores sociales deberían dedicarse a realizar tareas como el acompañamiento y la prevención. Sin embargo, el papeleo los ha llevado a dejar de lado “la esencia del trabajador social”, dice Mercè Civit, vicedecana del Colegio de Trabajadores Sociales en declaraciones para Catalunya Press.
Así, al dedicar en ocasiones más de media jornada a labores burocráticas no pueden “construir a partir de la creación del vínculo con las personas una relación ayudo-transformadora. Tampoco hacer las funciones de acompañamiento para que las personas puedan tener sus propios proyectos vitales”.
Por el camino, dice Civit, también se quedan labores como las de “trabajar la prevención de situaciones de vulnerabilidad social” o llevar a cabo “protocolos de prevención por ejemplo de maltrato”. Se pierde “el trabajo de grupo con diferentes colectivos según sus problemáticas y sus necesidades”. También queda poco tiempo para “el trabajo comunitario, para los programas transversales orientados a la integración y a la participación social de las personas vulnerables”.
SERVICIOS SOCIALES BÁSICOS E INMIGRACIÓN, LAS ÁREAS MÁS AFECTADAS
Tal y como informaron hace unas semanas desde el Colegio Oficial de Trabajadores Sociales, no todas las áreas se ven afectadas por este problema en la misma medida. Dependencia, Inmigración y Servicios Sociales Básicos son las que más tiempo dedican a las tareas administrativas. Mercè Civit señala que esto es porque, por ejemplo, “los servicios sociales básicos son la puerta de entrada al sistema de servicios sociales, en donde se atiende a toda la población”. Por el contrario, “el trabajo social que se desarrolla en otros ámbitos es mucho más específico”.
Además, comenta que “tradicionalmente ha habido la tendencia de que otros sistemas (salud, educación u ocupación) depositen en los Servicios Sociales Básicos la responsabilidad de resolver cuestiones que ellos no pueden atender, sobre todo en lo que hace relación a las prestaciones económicas”. Este hecho provoca “una importante tarea administrativa, sobre todo teniendo en cuenta la gran dispersión de prestaciones" que tienen "y la burocracia que hay para solicitarlas”.
Por esa razón, define a los Servicios Sociales Básicos como “el camión que barre todo lo que los otros Sistemas de Bienestar no atienden” y los culpa de que este ámbito del trabajo social se vea más afectado que otros.
UN PROBLEMA QUE SE ALARGA DESDE 2008
En la huelga del día 7 de junio aseguraban que sus malas condiciones de trabajo no vienen desde la pandemia del coronavirus sino desde mucho antes. Así lo ha corroborado la Vicedecana del Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Catalunya.
“Esta situación se vio agravada durante la crisis de 2008 y los consiguientes recortes en el sistema de protección social. Ahora en la actual crisis muchas personas se han empobrecido y han necesitado un conjunto de apoyo y ayudas económicas para salir adelante”, explica.
Para mejorar la situación y poder dedicarse a lo que realmente es la esencia del trabajo social, Mercè Civit asegura que se debe “superar el asistencialismo para el reconocimiento de los derechos sociales”. De hecho, dice que “desde 2007 hay una Ley de Servicios Sociales de la que todavía no se ha desplegado su reglamento”.
Además, cuenta que “es urgente actualizar la cartera de servicios sociales. Racionalizar el sistema de ayudas y desvincularlo de los servicios sociales porque a veces parece que a las trabajadoras sociales” –y habla en femenino porque es un colectivo “mayoritariamente feminizado”– “se les ha otorgado el papel de policías de personas pobres, teniendo que comprobar de una forma exhaustiva toda su situación personal”.
Finalmente, opina que también se les debe dejar trabajar el vínculo con las personas, potenciar “la prevención y trabajar en grupo en la comunidad”.
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