El independentismo se acerca a la Diada dividido por la mesa de diálogo
Quedan muy lejos las Diadas multitudinarias donde el independentismo mostró toda su fuerza. La población catalana ya ha recorrido una vez la vía unilateral y todo el mundo conoce el resultado, por lo que existe cierto desánimo y desmovilización en el movimiento, que ya no sabe hacia dónde apuntar.
Quedan muy lejos las Diadas multitudinarias donde el independentismo mostró toda su fuerza. La población catalana ya ha recorrido una vez la vía unilateral y todo el mundo conoce el resultado, por lo que existe cierto desánimo y desmovilización en el movimiento, que ya no sabe hacia dónde apuntar. Se presenta un nuevo curso político que, seguro, traerá cambios.
Diada 2020 @ep
Mientras el presidente, Pere Aragonès, ha optado por una vía de negociación con el Estado renunciando a la unilateralidad, la ANC sigue insistiendo en llegar a la independencia sin negociar con España. Por ello, han convocado la Diada bajo el lema "Luchemos y ganemos la independencia", donde pretenden presionar al Govern para que tenga una posición más dura hacia el Ejecutivo central. Para la ANC, la mesa de diálogo puede comportar el "riesgo de falsa imagen de normalidad y estabilidad" mientras el Estado sigue con "la represión", aseguró esta semana su presidenta Elizenda Paluzie.
La presión hacia Aragonès aumentará con una segunda concentración de la CUP, que ha montado su propia Diada para atacar a la mesa de diálogo. "La lucha es el único camino, ni pactos
ni renuncias", afirman desde la CUP, que consideran que el Gobierno español "no tiene ninguna intención de respetar ni el derecho a la autodeterminación ni los derechos sociales".
Por otro lado está JxCat, que después de la derrota electoral intenta navegar entre dos aguas: pide unidad al independentismo con la Diada y luego desacredita la mesa de diálogo que defiende su socio de Govern. Esta semana compareció Elsa Artadi escenificando este patrón y la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, le respondió pidiendo, una vez más, que "no desacrediten el instrumento que nos tiene que permitir resolver el conflicto político".
EL RESULTADO DE LA MESA MARCARÁ EL FUTURO DEL INDEPENDENTISMO
Los principales interesados en que la Mesa de Diálogo acabe bien son sus principales defensores: ERC y el PSOE. Los republicanos se juegan su credibilidad para seguir llevando el timón del independentismo después de haber renunciado a la vía unilateral, y los socialistas tienen que conseguir un buen resultado para justificar frente al resto de españoles que toda la operación ha tenido sentido. Si fracasara, tendrá una consecuencia clara: ambos partidos perderán votos.
Y cuando unos pierden, otros ganan. En el mundo del independentismo, el fracaso de ERC supondría la resurrección de Junts, por lo que es difícil imaginar que los de Puigdemont vayan a hacer algo en todo este proceso que no sea poner la zancadilla.
El PSOE lo tiene más complicado porque no está claro cómo puede conseguir un resultado bueno. Si cede mucho en las negociaciones, puede perder votos en el resto de España, y si se queda inmóvil puede dinamitar la propia mesa de diálogo y lanzar a ERC hacia un discurso más duro, además de perder un gran apoyo para los presupuestos. Por ello, no sería de extrañar que Sánchez salga escaldado con cualquier resultado y que el triunfo del independentismo catalán suponga la vuelta de la derecha a Moncloa.
La rueda vuelve a girar...
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