Cuatro horas de ejercicio semanales reducen la progresión del Parkinson
En concreto, la investigación concluye que las personas que sufren Parkinson en una etapa inicial y practican deporte de forma regular, una o dos horas dos veces por semana, pueden disminuir la aparición de síntomas.
La progresión del Parkinson podría ralentizarse haciendo ejercicio durante cuatro horas a la semana, apunta un reciente estudio publicado en la revista médica Neurology. En concreto, la investigación concluye que las personas que sufren Parkinson en una etapa inicial y practican deporte de forma regular, una o dos horas dos veces por semana, pueden disminuir la aparición de síntomas.
Ilustración representativa de las enfermedades mentales /@EP
Así, los expertos apuntan que sería suficiente con caminar o trabajar en el jardín de casa para mantener mejor el equilibrio, caminar y hacer las actividades diarias al cabo del tiempo. Esto fue lo que observaron en su estudio: las personas participantes que habían practicado deporte regularmente durante cinco años lograron mejores resultados en las pruebas cognitivas y la enfermedad les avanzó de forma más lenta.
"Nuestros resultados son emocionantes, porque sugieren que tal vez nunca sea demasiado tarde para que alguien con Parkinson comience un programa de ejercicios para mejorar el curso de su enfermedad. Eso es porque encontramos que para retrasar la progresión de la enfermedad, era más importante para las personas con Parkinson mantener un programa de ejercicios que ser activo al principio de la enfermedad", comentó el autor del estudio, Kazuto Tsukita, miembro de la Universidad de Kyoto.
¿CÓMO FUÉ EL ESTUDIO?
Para demostrar esta relación entre el ejercicio y la enfermedad de Parkinson, los investigadores estudiaron los casos de 237 pacientes en fase inicial. La edad media de los participantes era de 63 años y se les hizo un seguimiento durante seis años.
Para saber el nivel de ejercicio que realizaban, se usó un cuestionario que medía el tiempo y la intensidad durante la semana previa de la actividad de ocio, como podía ser caminar o montar en bicicleta. También valoraba la actividad doméstica, en la que se podían realizar labores como la jardinería. Por otro lado, valoraron la actividad ocupacional de los enfermos, en la que podía incluirse el cuidado de los demás.
Además, se les realizó pruebas cognitivas comunes para determinar cuáles eran sus habilidades verbales y de memoria y cuánto tiempo necesitaban para completar tareas mentales.
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ES IMPORTANTE MANTENER LA ACTIVIDAD FÍSICA EN EL TIEMPO
Con esto, los investigadores vieron que lo importante no era realizar ejercicio antes de sufrir Parkinson sino mantener los niveles de actividad física a lo largo del tiempo. Demostraron que el nivel de actividad física de los pacientes al inicio del estudio no estaba relacionado con la progresión del Parkison, pero sí se asociaba con mantener dichos niveles a largo plazo.
Los autores precisan, eso sí, que el estudio muestra solamente esta asociación; no necesariamente se producirá el retraso en los efectos. Pero sí era algo común entre los pacientes estudiados: los que hacían al menos cuatro horas semanales de ejercicio, como caminar o bailar, perdían de forma más lenta el equilibrio y la marcha en comparación con quienes no hacían ejercicio o hacían menos.
Los investigadores usaron una prueba común para calificar los síntomas de Parkinson de cada paciente en una escala de cero a cuatro, en la que las puntuaciones más altas indican un deterioro más severo. Las personas que hicieron niveles de ejercicio moderado a vigoroso por debajo del promedio, o menos de una o dos horas, una o dos veces por semana, aumentaron de una puntuación promedio de 1,4 a 3,7 en seis años. En comparación con los que hacían un ejercicio moderado o intenso por encima de la media, la puntuación media pasó de 1,4 a 3,0 durante ese tiempo.
"Aunque los medicamentos pueden proporcionar a las personas con Parkinson un cierto alivio de los síntomas, no han demostrado que ralenticen la progresión de la enfermedad. Encontramos que la actividad física regular, incluyendo las tareas domésticas y el ejercicio moderado, puede realmente mejorar el curso de la enfermedad a largo plazo. Lo mejor de todo es que el ejercicio es de bajo coste y tiene pocos efectos secundarios", señalaba el autor.
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