La guerra de Ucrania produce un acercamiento entre Venezuela y Estados Unidos
Un acercamiento que se materializaba el pasado fin de semana en el Palacio de Miraflores, en Caracas, donde Nicolás Maduro se reunía con portavoces de la Casa Blanca.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela @ep
Desde que en 2019 Estados Unidos (junto a decenas de otros países) reconoció la legitimidad de Juan Guaidó como presidente de Venezuela, las relaciones entre la potencia mundial y el gobierno de Nicolás Máduro se habían mantenido en tensión. Una tensión que fue alimentada por otros sucesos durante el gobierno de Trump, como las sanciones impuestas a Petróleos de Venezuela, el principal proveedor de ingresos en divisas para el país; o la orden ejecutiva que se firmó para bloquear todos los bienes del Gobierno venezolano en Estados Unidos.
Tres años después de este conflicto silencioso, en los que han abundado las acusaciones de Maduro de complot por parte de USA, parece ser que, bajo el pretexto de la invasión rusa sobre Ucrania, se ha producido un acercamiento entre ambos países.
Dicho acercamiento se materializaba el pasado fin de semana en el Palacio de Miraflores, en Caracas, donde Nicolás Maduro se reunía con altos cargos del gobierno de Joe Biden. Un encuentro que, según la Casa Blanca, se producía con el objetivo de conseguir la excarcelación de ciudadanos estadounidenses y afrontar distintos temas en materia de seguridad energética.
LA INFLUENCIA DEL GAS Y EL PETRÓLEO DE PUTIN
Este acercamiento coincide con los deseos de Estados Unidos de desvincularse del gobierno de Putin y también de la necesidad a nivel internacional de identificar otras fuentes de petróleo y gas. Biden, por su parte, tomaba la decisión este martes de vetar las importaciones de carbón, petróleo y gas a Rusia. "Somos exportador neto de energía, por lo que podemos tomar un paso que otros no pueden, pero estamos trabajando de cerca con Europa y nuestros socios en una estrategia a largo plazo para reducir la dependencia de la energía rusa", explicaba.
Por otro lado, Maduro declaraba la semana pasada que Petróleos de Venezuela "está preparada, una vez recuperada a un nivel básico, para producir y crecer uno, dos y tres millones diarios de barriles de petróleo, si hiciera falta, y estabilizar el mercado petrolero y gasífero".
La combinación de sendos hechos es la que ha causado un dilema en el gobierno de Estados Unidos y, por consecuencia, que se hayan limado asperezas entre ambos países: la decisión de veto de Biden, desde una postura privilegiada (puesto que Washington sólo depende en un 3 por ciento del petróleo ruso) no basta para compensar el bloqueo de Moscú. Mientras tanto, el país que tendría mayores reservas alternativas apenas produce, precisamente a causa de las sanciones de Estados Unidos. Una situación que sólo podrá cambiar si el gobierno de Biden cede y decide levantar una parte de las sanciones y, de esta forma, que Venezuela pueda vender en el mercado global.
AMBOS PAÍSES TOMAN UNA POSTURA PRUDENTE
Ni Venezuela ni Estados Unidos han dado declaraciones hasta ahora sobre la viabilidad de un posible acuerdo entre las partes en términos de petróleo y gas. Tras el encuentro, Nicolas Maduro
calificó la reunión de "respetuosa, cordial y muy diplomática". Por su parte, Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, insistió en que "el propósito del viaje era tratar una serie de temas, incluyendo la seguridad energética, y también se ha hablado de la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos".
Este nuevo acercamiento no ha contentado a la oposición republicana de Biden, que por ahora se ha pronunciado acusándole de querer sustituir el petróleo que le compraba a Putin por el de Maduro, llamando a ambos "dictadores asesinos".
Escribe tu comentario