En Venezuela las tiendas viven aterrorizadas por el azote de William Contreras, el Superintendente Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde). La venta decembrina, que es la zafra de todo comerciante, se ha convertido en una pesadilla por obra y gracia de los ataques de la revolución chavista contra la iniciativa privada.
William Contreras lanza su operativo navideño en los comercios amenazando a los empresarios con meterlos presos si no bajan los precios de los productos entre un 30% y 50%. Así a la brava. Es el populismo más rancio de este régimen de izquierda que se aprovecha del sector privado para ganar puntos entre los consumidores.
A todos les encantan las rebajas. Pero lograr que los comercios bajen los precios de manera obligatoria y forzada so pena de ir presos es el estilo violento y agresivo de los chavistas. Las más afectadas fueron las zapaterías y las jugueterías.
El funcionario Contreras llega gritando a los centros comerciales: “¡Bájame los precios o vas preso¡”. Lo acompañan los agentes para revisar las facturas y los policías para detener a quienes ofrezcan resistencia.
Cuando los empleados intentan mostrarle las facturas para que revisen los costos y el margen de ganancia el superintendente no los quiere ver porque alega que eso es mentira, “todos meten coba (mentira)” para acusarlos de que están especulando con los precios.
Contreras también grita a los propios subalternos del Sundee que, guardando las formalidades, exigían documentos a los encargados de los locales. “Qué estás haciendo tú?”, preguntó a una chica, “revisando la factura”, le respondió esta, pero no le permitió terminar la frase para ordenarle: “No, no, me bajan los precios, no saquen cuenta, no pidan factura porque me van a caer a coba”.
Ante el pánico algunos locales del bulevar de Sabana Grande en Caracas intentaron cerrar para evitar sanciones pero les fue peor. Los fiscales reabrieron las puertas a la fuerza y sus empleados fueron detenidos.
“Todos estos carajos se están comiendo la luz. Te llevas al señor este preso”, decía William Contreras.
Su objetivo es complacer al presidente Nicolás Maduro que ordenó rebajar los precios a la fuerza. “No vamos a permitir una navidad triste sin regalos a precios justos.”
Pero el gremio ha protestado la agresión en su contra. El vicepresidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Alfonso Riera, calificó como un nuevo “dakazo” el proceso de inspección de los locales comerciales que ha ejecutado la Sundde.
Advirtió que estos operativos se traducirán en más establecimientos comerciales cerrados y que es poco probable que después puedan volver a abrir. Denunció que hubo “maltrato, humillación y vejamen” contra los comerciantes durante estos procesos. Acotó que se ha irrespetado el estado de derecho que en Venezuela dejó de existir con el chavismo.
El régimen odia a los empresarios. Riera acusó al gobierno de Maduro de arruinar al sector comercial: “En 1998 había más de 700.000 empleadores y hoy solo quedan 230.000″, precisó.
“Los comerciantes estamos a merced del antojo de los que están en el poder. Negocio que cierran no vuelve a abrir”, advirtió.
"En una sociedad de engaños decir la verdad es un acto revolucionario", George Orwell.
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