La biografía no autorizada de Trump: camas separadas, candado en su habitación y muchas hamburguesas

El libro 'Fire and Fury' ya ha salido a la venta, ante acusaciones de la Casa Blanca y del propio presidente de EEUU de "basura sensacionalista". 

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Donald trump

 

Donald trump



La biografía no autorizada sobre el presidente de EEUU, Donald Trump, titulada 'Fire and Fury' -'Fuego y Furia'-, ha salido hoy a la venta en Norteámerica, ante gran expectación por los jugosos comentarios que contiene sobre la vida privada del magnate reconvertido en político, ahora líder del mundo libre.


El libro recoge diversas afirmaciones que desde la Casa Blanca se han apresurado a desmentir, calificando la publicación como "basura sensacionalista".  Aún así, desde el Ala Oeste intentaron impedir su publicación sin éxito. 


El propio Trump ha cargado contra la biografía no autorizada y, como es habitual, ha usado su perfil de Twitter para desacreditar al autor del libro y la veracidad de éste.


"No autoricé el acceso a la Casa Blanca (en realidad, lo denegué en varias ocasiones) al autor del libro. Nunca hablé con él sobre el libro. Repleto de mentiras, sobrerrepresentaciones y fuentes que no existen. Mirad el pasado de ese tipo y mirad que ocurre con él y 'Sloppy' Steve.", expresa Trump. 



En la obra, disponible desde la víspera de Reyes en EEUU, escrita por Michael Wolff,  se ponen de manifiesto "jugosos" detalles sobre la vida privada del matrimonio Trump.


Alguno de ellos sería que duermen separados. Una decisión que compartirían, de ser cierta, con el matrimonio Kennedy. Así como una supuesta trifulca tras la ceremonia de investidura, por el famoso gesto de Melania, al poner mala cara a su marido ante las cámaras. 




Un malhumorado Trump, no pudo soportar, según Wolff, que ningún miembro destacado de la sociedad estadounidense acudiera a su proclamación como presidente, y Melania acabó pagando los platos rotos. 


Fire and fury trump


El libro también desvela que el magnate no soporta que nadie toque su cepillo de dientes -permítase hacer constar que  la higiene no parece una manía muy criticable- así como la casi obsesión del 45º presidente norteamericano con las hamburguesas.


Cierto o no, días atrás se hizo público que Trump mandaba a sus escoltas a comprar comida a una archiconocida cadena de comida rápida. Sí, lo han adivinado, McDonalds. E incluso pedir a los cocineros de la Casa Blanca "versionar" la hamburguesa más conocida de la cadena. 




Más allá de su gusto por las hamburguesas, el libro también revela que Trump gusta disfrutar de la "junk food" en la cama. Eso sí, en una habitación en la que habría mandado instalar dos televisores más del que ya había y que cierra con un candado para asegurarse de que nadie accede sin su permiso. 


Como si uno no tuviese posibilidad de "multipantalla", el presidente norteamericano quiere disfrutar de su BigMac rodeado de pantallas, y en una alcoba separado de su mujer. 


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