El modelo Superilla podría generar desigualdades si no se adapta a toda la ciudad

Un estudio alerta sobre las posibles desigualdades en el proyecto Superilla si no se piensa de forma más amplia

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Superilla de Sant Antoni, en Barcelona / Foto: Archivo

 

Un nuevo estudio de los geógrafos Lluís Frago y Alejandro Morcuende, de la Universitat de Barcelona, ha puesto en duda si el modelo de la Superilla, el popular proyecto urbano en Barcelona, realmente puede resolver los grandes desafíos ambientales y sociales de la ciudad. Aunque la Superilla tiene como objetivo mejorar la sostenibilidad y la calidad de vida, los investigadores señalan que no está teniendo en cuenta cómo afecta a la ciudad en su conjunto, sino solo a algunos barrios.

Barcelona es conocida en todo el mundo por ser una ciudad que promueve modelos urbanos sostenibles. El proyecto Superilla busca hacer las calles más seguras para los peatones, reducir el tráfico y crear más espacios abiertos. Este modelo ha despertado el interés de otras ciudades internacionales como Viena, Róterdam y Los Ángeles. Sin embargo, el estudio de los investigadores de la UB invita a reflexionar sobre cómo este modelo puede evolucionar para abordar mejor los problemas sociales y ambientales de toda la ciudad.

El enfoque local puede no ser suficiente. Los autores del estudio argumentan que el modelo Superilla se ha centrado mucho en mejorar la vida en barrios específicos sin tener en cuenta cómo eso afecta a la ciudad en su conjunto. Esta perspectiva limitada se llama "localcentrisme", lo que significa que se están haciendo cambios solo a nivel de barrio, sin ver la ciudad como un todo. El caso más claro de esto es el distrito del Eixample, donde las medidas de la Superilla se han implementado con énfasis en mejorar la calidad de vida residencial y ecológica. Sin embargo, esto ha afectado a otros sectores de la ciudad como el comercio, el transporte y la restauración.

Tres problemas con el modelo Superilla

Frago y Morcuende identifican tres problemas principales con la implementación de la Superilla. El primero la Fragmentación territorial: Al centrarse solo en ciertos barrios, el modelo podría aumentar las diferencias entre las distintas zonas de la ciudad, creando una urbanización más desigual. El segundo en acciones locales con impacto limitado: A pesar de que el proyecto busca combatir problemas globales como el cambio climático, sus medidas están demasiado centradas en áreas pequeñas y no tienen suficiente alcance para abordar problemas más grandes. Y por último la priorización de lo residencial: El modelo pone mucho énfasis en la función residencial de la ciudad, dejando en segundo plano otros aspectos como el comercio o el transporte. Esto podría reducir la diversidad y la vitalidad urbana.

Un modelo que necesita repensarse

El estudio reconoce que es importante tomar medidas para afrontar los problemas ambientales, como la contaminación. Sin embargo, sugiere que el enfoque actual del proyecto Superilla podría beneficiarse de ser más flexible y de integrarse en un plan más amplio para toda la ciudad.

Frago y Morcuende proponen que, en lugar de hacer intervenciones puntuales, sería mejor pensar en una planificación urbana que abarque toda la ciudad, con políticas coordinadas que aborden los grandes retos globales de manera más efectiva.

Conclusión: repensar el futuro de Barcelona

Los investigadores concluyen que el modelo Superilla debería adaptarse a una visión más amplia que tenga en cuenta las necesidades de toda la ciudad y no solo de algunos barrios. Esta visión metropolitana podría ayudar a Barcelona a enfrentarse mejor a los desafíos globales mediante una planificación más integrada y sostenible.

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