¿No estamos solos? Descubren una "autopista" estelar que une nuestro sistema solar

Un nuevo mapa 3D del universo cercano revela conexiones ocultas entre burbujas estelares formadas por antiguas supernovas

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Fondo espacial cosmos de noche estrellada realista y estrellas brillantes via lactea y galaxia de color de polvo de estrellas
Descubren un túnel de gas caliente que conecta nuestro sistema solar con una región en la constelación de Centauro. Foto: Freepik

 

Un grupo de astrofísicos ha trazado el mapa más detallado hasta la fecha de la burbuja de gas caliente que rodea al sistema solar y, en el proceso, ha revelado un hallazgo tan fascinante como inesperado: la existencia de un posible canal interestelar que nos une con una estructura cósmica situada en la constelación del Centauro, donde se encuentra Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol.

Este túnel, una especie de “autopista cósmica” de gas caliente, podría formar parte de una red de canales energéticos que conectan diferentes regiones del espacio interestelar, moldeadas por los efectos explosivos de las estrellas.

 

Un mapa tridimensional que revela el vecindario cósmico

Los investigadores, liderados por el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Alemania, utilizaron datos del telescopio espacial eROSITA, que escanea toda la esfera celeste cada seis meses, para construir una visión en tres dimensiones de la Burbuja Caliente Local (LHB, por sus siglas en inglés). Esta burbuja es una región de baja densidad, formada por gas a temperaturas de millones de grados que emite rayos X de baja energía.

Aunque la existencia de esta burbuja se conoce desde hace más de 50 años, el nuevo mapa ha permitido detectar con mayor precisión sus temperaturas internas y cómo varían por zonas. Estas diferencias, que incluyen regiones mucho más calientes que otras, apuntan a que esta estructura fue creada y expandida por explosiones estelares pasadas, conocidas como supernovas.

 

Un túnel invisible entre estrellas

La gran sorpresa del estudio ha sido la detección de un canal de gas que parece conectar directamente la burbuja que envuelve nuestro sistema solar con otra burbuja en la dirección de Centauro, a varios años luz de distancia. Esta conexión sugiere que no estamos aislados dentro de una sola burbuja, sino que podríamos estar inmersos en una red compleja de túneles cósmicos formados por gas caliente en expansión.

Según los científicos, estas estructuras actúan como pasadizos invisibles entre regiones del espacio, esculpidos por fenómenos extremos como los vientos de estrellas masivas, las supernovas y los chorros de gas de estrellas jóvenes en formación. Este conjunto de procesos, conocido como retroalimentación estelar, desempeña un papel clave en la arquitectura general de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

 

La red estelar que da forma a la Vía Láctea

Este no es el primer túnel de gas caliente que se ha identificado. Ya se había documentado uno conocido como Canis Majoris, que parece conectar la Burbuja Caliente Local con la nebulosa Gum, otra gran estructura formada por explosiones estelares. El nuevo descubrimiento en la dirección de Centauro fortalece la idea de que existen rutas naturales de energía y materia entre las estrellas, que podrían extenderse por gran parte de nuestra galaxia.

Además del túnel interestelar, el equipo ha elaborado un censo completo de las burbujas, supernovas y nubes de polvo cercanas, incorporándolos al modelo tridimensional del entorno solar. Esta herramienta permitirá comprender mejor cómo se distribuye el gas interestelar y cómo las explosiones del pasado han esculpido el universo que habitamos.

 

El Sol, un visitante reciente de esta burbuja

Uno de los datos más llamativos del estudio es que, según sus cálculos, el Sol no ha estado siempre dentro de la Burbuja Caliente Local. De hecho, los investigadores estiman que entró en esta región hace apenas unos pocos millones de años, un tiempo insignificante en comparación con los 4.600 millones de años de antigüedad del Sol. “Es una coincidencia asombrosa que el Sol parezca estar justo en el centro de esta burbuja mientras viajamos por la galaxia”, comentó Gabriele Ponti, uno de los coautores del estudio.

 

Una nueva visión del cosmos que habitamos

Este avance no solo aporta nuevas claves sobre la historia del sistema solar y su entorno, sino que también permite a la ciencia formular hipótesis más complejas sobre cómo se conectan las diferentes regiones de la galaxia. Con cada nueva observación, descubrimos que el universo que habitamos es menos estático y mucho más dinámico de lo que imaginábamos.

Lejos de estar aislados en el espacio, nuestra posición en la Vía Láctea está íntimamente ligada a los efectos de antiguos cataclismos estelares, que siguen influyendo en la evolución del cosmos y, quién sabe, también en la nuestra.

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