El Barça arrasa contra la Real Sociedad (2-1) y lidera LaLiga en Montjuïc

La séptima jornada de LaLiga llega con un aire de tensión y expectativa. Tras la sorpresiva derrota del Real Madrid en el derbi (5-2), el FC Barcelona tiene la oportunidad de recuperar el liderazgo y mostrar que no se resigna a perseguir a nadie. Desde el primer minuto, los culés imprimen intensidad y decisión, conscientes de que cada pase, cada recuperación y cada disparo pueden acercarlos a la cima de la clasificación.

Hansi Flick sabe que la clave está en la concentración y el equilibrio: “Recuperar el pulso de LaLiga y demostrar su solidez como local”. Los jugadores lo sienten y se reflejan en cada acción: presión alta, circulación precisa y ataque constante. Montjuïc vibra con cada movimiento, con la afición empujando al equipo hacia un triunfo que parece inevitable.

Montjuïc: escenario de heroísmo

El Estadi Olímpic Lluís Companys se transforma en un auténtico fortín. La historia pesa, y el Barcelona la recuerda: desde 1991, la Real Sociedad solo ha logrado dos victorias en territorio azulgrana, mientras que el Barça acumula 32 triunfos y un empate. Hoy, ese pasado se siente vivo en cada rincón del estadio.

El club prepara su regreso con todos los detalles: césped impecable, gradas llenas, sistemas VAR operativos y un ambiente que mezcla pasión futbolística con la magia de La Mercè, que ilumina la tarde con su piromusical. Cada acción se convierte en espectáculo, y cada pase parece cargado de significado.

Un duelo de estilos y ambiciones

El Barça impone su estilo: control, ataque vertical y presión intensa. La Real Sociedad intenta resistir con contragolpes, buscando aprovechar cualquier error, pero el dominio local es absoluto. Los visitantes apenas celebraron su primera victoria de la temporada (1-0 ante Mallorca) y hoy enfrentan un equipo concentrado y hambriento de puntos.

El partido se convierte en una batalla táctica y física. Cada intervención de Remiro mantiene viva a la Real, mientras Szczesny y la defensa culé responden con firmeza. El encuentro alterna momentos de brillantez individual y sincronía colectiva, una combinación que define la supremacía del Barcelona en Montjuïc.

Bajas y estrategias decisivas

Las ausencias condicionan el planteamiento de ambos conjuntos. El Barcelona debe prescindir de Ter Stegen, Raphinha, Fermín, Gavi, Balde y Joan García. Aun así, el equipo muestra determinación y calidad, con un once sólido que combina juventud y experiencia.

La Real Sociedad llega también mermada: Elustondo, Herrera, Rupérez, Oskarsson y Jon Martín no participan, obligando a Sergio Francisco a ajustar su sistema y confiar en la resistencia de sus jugadores.

Alineaciones oficiales

Barcelona: Szczesny; Koundé, Araújo, Christensen, Gerard Martín; De Jong, Pedri; Roony, Dro, Rashford; Lewandowski.
Real Sociedad: Remiro; Aramburu, Zubeldia, Caleta-Car, Aihen; Turrientes, Gorrotxa, Pablo Marín; Guedes, Oyarzabal, Barrenetxea.

La gloria en el césped: goles y momentos épicos

El primer aviso lo da Rashford, probando a Remiro con un disparo potente, mientras Pedri y De Jong manejan los tiempos en el medio. El empate llega con Koundé, que cabecea con fuerza un córner ejecutado por Rashford, levantando a toda la grada. El gol es un símbolo del equilibrio entre táctica y coraje.

Minutos después, Lamine Yamal se convierte en protagonista. El joven extremo encara a Sergio Gómez, llega a la línea de fondo y sirve un centro perfecto para Lewandowski, que remata con potencia y coloca el 2-1. “Primera jugada de Lamine y se va de Sergio Gómez, recién entrado también. Centra con la derecha desde la línea de fondo y cabezazo de Lewandowski que entra tras tocar en el poste. ¡Impacto inmediato!”. La combinación entre juventud y experiencia genera un momento mágico, que eleva al público y consolida la superioridad local.

Cada intervención defensiva, cada recuperación y cada contraataque se convierte en un fragmento de la narrativa heroica de la tarde. Remiro evita el empate en varias ocasiones, pero nada puede frenar la ambición azulgrana.

Impacto en la clasificación

Con esta victoria, el FC Barcelona se acerca al liderato y envía un mensaje claro: no cede terreno, no se conforma y quiere comandar la temporada. La combinación de goles, presión y control demuestra que el equipo de Hansi Flick está preparado para pelear hasta el final.

Montjuïc vuelve a ser fortaleza, la historia se reafirma y la afición celebra una jornada que quedará en la memoria. El Barcelona no solo gana; impone su autoridad y hace sentir que, en la montaña de Montjuïc, cada partido es una epopeya.