Los países más vulnerables exigen un impuesto global para pagar los daños de la crisis climática
"Nuestras islas están soportando la carga más pesada de una crisis que no causamos"
Como cada año al inicio del nuevo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), los mandatarios mundiales se reúnen en la Sede de la Organización en Nueva York y participan en un debate general para tratar asuntos de interés global.
Este año, uno de los principales temas que ha transcendido antes del inicio del debate - que tendrá lugar este 20 de septiembre- es la necesidad de crear un nuevo impuesto global para poder financiar los daños causados por el clima, ante la imposibilidad que tienen algunos de los Estados más vulnerables para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, mientras son los que menos contribuyen al avance de este fenómeno.
Así, las economías menos desarrolladas están forjando un frente común para exigir a las economías más ricas financiamiento urgente, lo que se podría traducir en nuevos impuestos sobre los combustibles fósiles o los vuelos. Según los documentos filtrados a The Guardian, es una exigencia que se hace para cubrir las pérdidas irrecuperables que están sufriendo debido a la crisis climática.
CÓMO RECAUDAR ESTOS IMPUESTOS
Este grupo de países que ha presentado los documentos - el mencionado periódico británico no cita cuáles son- ha presentado alternativas para recaudar fondos de los países ricos a través de los bancos de desarrollo del mundo, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el sector privado.
Sin embargo, parece poco probable que las naciones ricas acepten este planteamiento y acaben financiando las pérdidas de los más vulnerables. El contexto económico, con una crisis galopante que está provocando el aumento del precio de los alimentos, los combustibles fósiles y en general, el costo de vida, ponen en jaque la demanda de los países más vulnerabes. Los países ricos entienden su responsabilidad en la crisis climática, y se muestran dispuestos a buscar una solución, pero nunca acaban llegando a un acuerdo sobre cómo hacerlo. En la cumbre climática de la ONU Cop26 en Glasgow, se acordó que debería haber un presupuesto dedicado pérdidas y daños, pero no acordaron cómo financiarlo, ni siquiera quién debería pagarlo.
NO HAY VUELTA ATRÁS
La crisis climática es un hecho y los daños en los países pobres - y no tan pobres- aumentarán mientras sigan subiendo las temperaturas. El país caribeño Antigua y Barbuda ha advertido a la ONU que el aumento de las temperaturas del mar y del aire en el Caribe podría crear una supertormenta dentro de unos años que causaría daños por valor de 9.000 millones de euros solo en la nación insular, seis veces su PIB anual.
"El caso de Antigua y Barbuda subraya la necesidad de una acción climática ambiciosa que aborde las fases de adaptación y pérdida y daño. Para los países del Caribe que menos han contribuido al cambio climático pero que ya están luchando con los impactos actuales, es fundamental que el calentamiento global se limite a 1,5 °C, que los fondos para la adaptación aumenten significativamente y sean más accesibles, y que haya inanciación y apoyo adicionales disponibles para abordar pérdidas y daños", afirma Adelle Thomas, directora del centro de adaptación al cambio climático de la Universidad de las Bahamas
Walton Webson, embajador de Antigua y Barbuda ante la ONU y presidente de la Alianza de los Estados Insulares Pequeños,asegura: “[Nosotros] merecemos vivir sin el temor inminente de la deuda y la destrucción. Nuestras islas están soportando la carga más pesada de una crisis que no causamos, y el establecimiento urgente de un fondo dedicado a la respuesta a pérdidas y daños es clave para una recuperación sostenible. Estamos experimentando impactos climáticos que se vuelven cada vez más extremos con cada año que pasa”.
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