Tàrrega reabre las piscinas después de haber encontrado excrementos humanos en tres ocasiones
El Ayuntamiento refuerza la vigilancia con seguridad privada tras detectar restos fecales en tres episodios distintos en menos de una semana. La alcaldesa condena los hechos como "egoístas".
Las piscinas municipales de Tàrrega han recuperado su actividad este domingo después de una cadena de episodios que sorprendió a vecinos y autoridades. En apenas cuatro días, en tres ocasiones diferentes —miércoles, viernes y sábado— se localizaron excrementos humanos en una de las instalaciones, obligando a desalojar a los bañistas y a suspender temporalmente el servicio.
El hecho, que podría considerarse un acto de sabotaje contra un espacio público de uso comunitario, ha generado un fuerte malestar en la población, especialmente porque coincide con jornadas de temperaturas extremas en las que la piscina representa un recurso de alivio fundamental para centenares de familias.
Medidas de choque para recuperar la normalidad
El consistorio anunció este domingo que, como respuesta inmediata, se ha reforzado el dispositivo de control dentro del recinto. Una empresa privada de seguridad supervisa desde ahora los accesos, con dos vigilantes que colaboran estrechamente con el personal de la piscina en la inspección de mochilas y pertenencias.
El Ayuntamiento sospecha que los restos fecales podrían estar siendo introducidos de manera intencionada en bolsas, lo que ha llevado a aplicar una vigilancia mucho más estricta para garantizar la tranquilidad de los usuarios.
Protocolos sanitarios aplicados
En cada uno de los incidentes, el personal activó el protocolo de seguridad establecido para este tipo de situaciones: evacuación inmediata del vaso afectado, control analítico de la calidad del agua y tratamientos intensivos de cloro, junto con la desinfección de los sistemas de filtración.
Estos procedimientos, según el consistorio, se llevaron a cabo de manera rigurosa, asegurando que no hubiera riesgo sanitario para los usuarios en la reapertura de las instalaciones.
La reacción del gobierno local
La alcaldesa de Tàrrega, Alba Pijuan, mostró su indignación por la reiteración de los episodios y lanzó un mensaje de firmeza: “Además de incívicos, son actos egoístas y privan a la ciudadanía del uso de la piscina en plena ola de calor”.
Con sus declaraciones, la primera edil apeló al sentido común de los vecinos y advirtió que el Ayuntamiento no escatimará recursos para proteger un servicio esencial en verano. Además, agradeció la comprensión de los usuarios que se vieron afectados por los cierres temporales.
Impacto en la ciudadanía
El malestar vecinal ha sido evidente. Para muchas familias, las piscinas municipales son uno de los pocos espacios accesibles donde sobrellevar la ola de calor que afecta a la comarca. La repetición de incidentes ha generado incredulidad y enfado, ya que afecta no solo al ocio, sino también a la salud pública y a la convivencia comunitaria.
Al mismo tiempo, el refuerzo de la seguridad es visto como un paso necesario para devolver la confianza en las instalaciones. El Ayuntamiento ha insistido en que las nuevas medidas permanecerán en vigor hasta esclarecer lo sucedido y garantizar que no se repitan episodios similares.
Una reflexión más amplia
Más allá del caso concreto, el suceso ha abierto un debate en la localidad sobre la necesidad de reforzar el civismo y la corresponsabilidad en el uso de los espacios públicos. Lo que comenzó como una incidencia aislada ha terminado derivando en un símbolo de cómo un comportamiento incívico puede afectar al conjunto de la ciudadanía.
La reapertura de las piscinas, tras aplicar protocolos y medidas extraordinarias, es percibida como una recuperación de la normalidad, pero también como una llamada de atención a la importancia de cuidar lo que es de todos.
Escribe tu comentario