Ábalos salva la prisión: el juez le mantiene en libertad tras el demoledor informe de la UCO y el estallido político

El magistrado Leopoldo Puente desestima la petición de cárcel de las acusaciones populares y no impone fianza, siguiendo el criterio de la Fiscalía

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Abalos Feijoo y Sánchez
José Luis Ábalos, Feijóo y Pedro Sánchez Foto: Europa Press

 

El destino judicial de José Luis Ábalos se ha resuelto, al menos de forma temporal. El exministro de Transportes ha evitado el ingreso en prisión provisional después de que el magistrado instructor del ‘caso Koldo’ en el Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, haya optado por mantener las medidas cautelares vigentes. La decisión, que se alinea con el criterio de la Fiscalía Anticorrupción, llega tras una tensa comparecencia marcada por el demoledor informe de la UCO y por el traslado de la crisis de corrupción del PSOE al centro del debate parlamentario.

 

Silencio estratégico y rifirrafe con el juez

La cita judicial de Ábalos fue anómala desde el inicio. El exministro se presentó en el Supremo sin su abogado, José Aníbal Álvarez, con quien ha roto relaciones por “diferencias irreconciliables”. El magistrado no admitió el cambio de defensa y, ante esta situación, el todavía diputado decidió acogerse a su derecho constitucional a no declarar, alegando indefensión jurídica.

Durante la vista, el ambiente se tornó tenso. Fuentes presentes señalan que Ábalos intentó intervenir para explicar su situación, a lo que el juez Puente respondió tajante: “Esto no es el Congreso”, ordenándole limitarse a confirmar si declararía o no.

El foco de la audiencia fue el reciente informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que agravó la situación procesal del exministro. El documento reveló que Ábalos desembolsó 95.437,33 euros sin justificación bancaria y gastó 20.799,40 euros en “gastos personales” con cargo a una fuente de ingresos no declarada.

Además, la UCO detectó que el PSOE habría pagado parte de esos importes en sobres, y recogió conversaciones de Koldo García y su esposa, Patricia Uriz, donde se referían al dinero en clave como “chistorras” (billetes de 500 euros) y “lechugas” (billetes de 100 euros), sugiriendo que parte de ese efectivo pertenecía a Ábalos.

 

 

La decisión judicial: Libertad para Ábalos

Finalmente, el magistrado Puente rechazó la petición de prisión incondicional formulada por las acusaciones populares —entre ellas, el Partido Popular—, que alegaban riesgo de fuga y posible destrucción de pruebas, además de solicitar una fianza subsidiaria de 650.000 euros. El juez también desestimó esta fianza, considerando que no existían elementos suficientes para justificar una medida tan severa.

La Fiscalía Anticorrupción, encabezada por Alejandro Luzón, había solicitado mantener las medidas cautelares actuales: retirada del pasaporte, prohibición de salida de España y comparecencias periódicas. Aunque reconoció un “cierto riesgo de fuga”, argumentó que el arraigo personal y político del investigado —actualmente diputado en el Congreso— hacía excesivo su ingreso en prisión.

Poco después de conocerse la decisión, Ábalos abandonó la sede del Supremo sonriente, subió a un taxi Tesla portando un sobre con el auto de libertad y se dirigió directamente al Congreso de los Diputados, donde accedió por el aparcamiento y se reincorporó a su actividad parlamentaria.

 

El ‘show’ político: la tormenta del Congreso

Mientras el exministro respiraba aliviado, el caso Koldo se convertía en el eje de una jornada de máxima tensión política en el Congreso. La sesión de control al Gobierno estuvo dominada por los ataques de la oposición, con un Partido Popular en ofensiva total contra el Ejecutivo.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Pedro Sánchez de “proteger a los que roban”, asegurando que bajo su mandato “han prosperado los implicados en la trama”. “Usted no dirige un país. Lo exprime. Exprime a los que cumplen y protege a los que roban”, espetó el dirigente popular, que cerró su intervención con una frase demoledora: “En el PSOE y en su Ministerio de Transportes corren los billetes como en un prostíbulo.”

 

 

El enfrentamiento también alcanzó a la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, a quien el diputado popular Jaime Miguel de los Santos tildó de “mentirosa absoluta” por negar supuestas fiestas atribuidas a Ábalos. De los Santos llegó a calificar al exministro de “putero”, lo que provocó un airado rechazo en la bancada socialista. Alegría replicó exigiendo “pruebas” y negó haber faltado a la verdad.

Los populares, además, ironizaron con los términos en clave usados por la trama, rebautizando al PSOE como el “#PSOBRE”, en referencia a los sobres de dinero negro. El diputado Eduardo Carazo reprochó al grupo socialista que no haya exigido el acta de Ábalos, asegurando que “le siguen considerando uno de los suyos”.

Incluso desde otros grupos, como Compromís, se pidió al exministro que renuncie a su escaño y rinda cuentas ante la Justicia. En paralelo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, exigió “conocer la verdad del caso”, ironizando con que “las lechugas y las chistorras andaban como Pedro por su casa en Ferraz”.

 

Conclusión: libertad con sombra judicial

La decisión del juez Leopoldo Puente de mantener a Ábalos en libertad sin fianza marca un punto de inflexión en el ‘caso Koldo’, un proceso que combina tensiones judiciales y un desgaste político de primer orden para el Gobierno.

La jornada de este miércoles ha dejado una imagen elocuente: Ábalos libre pero acorralado, entre la presión de la UCO, la ruptura con su defensa, la discrepancia entre Fiscalía y acusaciones, y el creciente cerco político que ha trasladado su causa desde la Sala de lo Penal hasta el hemiciclo del Congreso.

El ‘caso Koldo’ se consolida así como el epicentro de la crisis institucional que atraviesa la política española y el mayor desafío interno para el Ejecutivo de Pedro Sánchez en esta legislatura.

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