Los comedores escolares en Catalunya han desperdiciado 100.000 toneladas de comida en la última década

En las casas también se desperdician muchos alimentos: unas 262.471 toneladas desde el 2010, lo que se traduce en 34,9 kg por persona y por año. 

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Catalunya press   comida desperdiciada

 

Catalunya press   comida desperdiciada
Mucha comida acaba en la basura / Freepik

El desperdicio alimentario es un grave problema que azota Catalunya, entre otros muchos sitios del mundo. Uno de los lugares en los que más comida se tira a la basura son los comedores escolares, en los que niños y niñas desaprovechan kilos y kilos de alimentos que, en otras zonas del planeta, son terriblemente necesarios. Esta es la conclusión a la que ha llegado la empresa Campos Estela tras realizar el informe '100 millones de kilogramos'. 

 

En este documento, se ha analizado el desperdicio alimentario que se produce en los colegios catalanes". Según datos recopilados por Campos Estela a raíz de los registros del proyecto 'Pesa y piensa', en los últimos diez años se podrían haber desperdiciado 100.000 toneladas.

 

Diariamente, un niño que se queda en el comedor desaprovecha una media de 120 gramos diarios, lo que supone 21 kg al año por cada niño, aproximadamente. Teniendo en cuenta que en Catalunya hay cerca de 500.000 alumnos que pueden estar haciendo uso del comedor escolar, cada año se podrían estar desaprovechando en los comedores escolares de Catalunya 10.000 toneladas de alimentos", dice el informe.

 

Algunos de los alimentos que se desperdician con más facilidad son aquellos perecederos. "Podríamos decir el pan, la fruta, las verduras y los productos preparados, que tienen una vida más corta", explica David Esteller, experto de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), en el informe.

 

EL DESPERDICIO ALIMENTARIO FUERA DE LAS AULAS

 

Por desgracia, el desperdicio no se queda tan solo en las aulas, si no que se expande fuer ade ellas, sobre todo hacia el ámbito hogareño. La Agencia de Residuos de Catalunya (ARC) encargó a la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) la elaboración del Diagnóstico del desperdicio alimentario en Catalunya. 

 

Gracias a todos los datos recogidos, se calculó que en el 2010 se consumían en Catalunya 3,74 millones de toneladas de alimentos sólidos, lo que equivale a 499 kg de comida por persona y por año. De esta cifra se descartaban como residuos cerca de 1,18 millones de toneladas. No obstante, estos residuos podían considerarse inevitables, que sería la categoría que engloba cualquier parte que tiremos porque no se puede aprovechar, como la piel de las frutas, las espinas del pescado...; o bien se podían considerar directamente desperdicio.

 

Dentro de este 1,18 millón de toneladas, 262.471 toneladas corresponden a desperdicio real de alimentos, por lo que es la cifra con la que debemos quedarnos. Esta cifra se traduce en 34,9 kg de alimentos desperdiciados por persona y por año. 

 

 

Esta cifra tan elevada corresponde a diversas causas. En el caso de las familias monoparentales o unipersonales, el desperdicio será mucho mayor porque las raciones que se ofrecen en los supermercados están pensadas para unidades familiares de cuatro personas.

 

En el informe también se apunta a la escasa planificación de las compras o bien la falta de conocimiento sobre la conservación y manipulación de alimentos. Además, la tendencia hoy en día es hacer compras más espaciadas, no tanto día a día, por lo que se acaban echando a perder alimentos por no saber cómo conservarlos. 

 

Además, como siempre hay supermercados que pueden dar respuesta a la necesidad alimenticia que tenemos, la sociedad ha perdido la sensación de valor que tienen los alimentos. El último motivo es que en la actualidad, las raciones de comida que se ofrecen son, en muchas ocasiones, excesivamente generosas, por lo que se compra mucha comida y que al final se acaba tirando a la basura porque no se la come nadie o se acaba estropeando. 

 

MÁS DE 3.000 EUROS PERDIDOS POR CASA

 

Más allá del agravio que representa para el planeta por la cantidad de comida que se desperdicia, también es un tiro directo al pie porque nos cuesta mucho dinero al bolsillo. Según David Esteller, "el desperdicio alimentario implica que toda la energía, la mano de obra y la materia prima que se ha hecho servir para elaborar un producto se estropea. (...) Derrochar es perder dinero, y ninguna empresa quiere eso". 

 

El estudio europeo Estimates of European food waste levels estima que el coste económico que supone para cada casa es de 3.529 euros. Por lo tanto, si recordamos la cifra previamente ofrecida de 262.471 toneladas de comida desperdiciada, el dinero total que se ha ido, literalmente, a la basura es de 926.260.159 euros. En el caso de las escuelas, este desperdicio ronda los 35.920.000 euros al año.

 

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