Tensión en Barcelona: la manifestación por Palestina deja varios agentes heridos y tres denunciados
La protesta en la capital catalana contra la interceptación de la flotilla Global Sumud reunió a unas 2.000 personas y provocó incidentes menores. Los Mossos d’Esquadra informan de seis agentes con lesiones leves y daños materiales.
Este viernes por la tarde, Barcelona fue escenario de una manifestación en apoyo a Palestina y en rechazo a la intervención israelí sobre la Global Sumud Flotilla. La concentración reunió a aproximadamente 2.000 participantes y, aunque comenzó de manera pacífica, derivó en episodios de tensión que afectaron al dispositivo policial desplegado.
Intervención policial y balance de incidentes
Los Mossos d’Esquadra denunciaron a tres personas por desórdenes públicos tras los incidentes registrados durante la marcha. En su comunicado oficial, el cuerpo policial señaló que durante la protesta seis agentes sufrieron heridas leves a causa del lanzamiento de piedras y otros objetos.
Aunque no se produjeron detenciones, los Mossos informaron de “diversos daños” en vehículos policiales estacionados en las inmediaciones. La actuación se centró en garantizar la seguridad de los manifestantes y del personal encargado del orden público.
Contexto de la protesta
La concentración se enmarca en la indignación por la interceptación de la flotilla Global Sumud por parte del Ejército israelí. La movilización buscaba visibilizar el apoyo a la población palestina y expresar rechazo a las acciones militares en la región, dentro de un contexto de creciente sensibilidad internacional sobre el conflicto.
Reacciones y consecuencias
El dispositivo policial actuó con prudencia para limitar la escalada de incidentes, aunque los enfrentamientos puntuales provocaron lesiones leves entre seis agentes y daños materiales. La denuncia de tres participantes refleja la necesidad de responsabilizar a quienes generan desórdenes, al tiempo que se mantiene la libertad de expresión de los demás asistentes.
La jornada evidencia la complejidad de gestionar grandes concentraciones que combinan reivindicación política y riesgo de altercados, así como la importancia de la coordinación entre autoridades y colectivos para evitar que la protesta derive en violencia.
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