Al físico siempre se le tomó por un genio, mientras que a Monroe se la tomaba prácticamente por tonta, a pesar de que su inteligencia era superior
Tal y como los relatan en “Marilyn Monroe y las estrellas de Hollywood” (Suma de Letras) su infancia y adolescencia fue, pese a las circunstancias que hemos citado, relativamente feliz, incluso en su procoz matrimonio, aunque posteriormente descubriría que no todo había sido exactamente como ella lo había percibido y que en las motivaciones de su adorada madre adoptiva hubo también rasgos de hipocresía, cuando no de falsedad, o que tampoco su marido habría de ser capaz aceptar estar casado con una mujer famosa. La gemelas Beinert sitúan a la protagonista en el seno de la sociedad norteamericana en aquellos asendereados años de la segunda guerra mundial, sumamente tradicional y conservadora, con fuerte rezagos clasistas y, xenófobos y cuando el papel de la mujer estaba marcadamente ligado al hombre, al punto de que se suponía que su papel principal era el de ejercer como modesta, sumisa y entregada ama de casa y no podía aceptar trabajo alguno fuera del hogar sin la preceptiva licencia marital.
Previa a la subasta ya se estimaba que la obra podría llegar a los 200 millones de dólares