Toneladas de pequeños trozos de plástico flotan en la atmósfera y las personas las introducen en su organismo en cada respiración. Su procedencia es diversa, textiles sintéticos, polvo de la carretera, gomas de los neumáticos, etc., y la ,mayor preocupación entre los científicos es que todavía no se conoce el alcance de su ingesta en la salud humana.
Unicef alerta de que unos 300 millones de menores en el mundo viven en zonas donde la contaminación exterior puede superar en más de seis veces las directrices internacionales sobre la calidad del aire.