La ONU rescata del olvido la crisis humanitaria de Afganistán
Millones de afganos sobreviven con menos de una comida al día. "La gente aquí no vive, sobrevive", ilustró Toby Lanzer, el responsable de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas.
Unos 13,5 millones de afganos se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria en la actualidad en un país en el que más de la mitad de la población vive en la pobreza y en el que décadas de conflicto han tenido un gran impacto en la población, ha alertado este miércoles la ONU.
Según explicó el número dos de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), Toby Lanzer, muchas de estas personas sobreviven con menos de una comida al día.
De acuerdo con la ONU, algo menos de diez millones de afganos viven en la categoría 3 dentro de los cinco niveles en los que se mide la inseguridad alimentaria y el que lo más elevado equivale al hambre, mientras que otros 3, 6 millones se encuentran en la categoría cuatro, a un paso de morir de hambre, subrayó.
Afganistán tiene unos 34 millones de habitantes. El año pasado, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ayudó unos 5,5 millones de personas y la previsión para este año es atender a 4,5 millones.
Para ello, la ONU ha solicitado 612 millones de dólares para la respuesta humanitaria. Lanzer pidió a los donantes que hagan sus aportaciones pronto para una larga espera de los fondos hará más difícil resolver el problema, que en el peor escenario significaría que "la gente muera".
El responsable de la ONU ha advertido que incluso si el conflicto termina este año, ante las conversaciones que están manteniendo los talibanes con Estados Unidos --en las que de momento no participa el Gobierno afgano--, los retos a los que enfrenta el país no terminarían inmediatamente.
"Una vez que haya paz, comienza la verdadera guerra", subrayó Lanzer, en referencia a la necesaria lucha contra la pobreza del país asiático.
Según Lanzer, un 54 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza en un país donde el conflicto se ha sumado en el último año además una grave sequía. "La gente aquí no vive, sobrevive", ilustró el responsable de la ONU.
Por su parte, el secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Jan Egeland, subrayó durante una visita a Afganistán que mientras se están celebrando "las bienvenidas conversaciones de paz", la población sigue huyendo de " bombardeos aéreos, fuego cruzado y ofensivas militares" en Afganistán.
"Muchas de las víctimas recientes en la guerra afgana se encuentran en zonas de difícil acceso donde los pocos grupos humanitarios están superados por las necesidades", ha denunciado en un comunicado.
En Afganistán hay unos 1,5 millones de desplazados internos. El NRC llevó a cabo un estudio en 2012 que puso de manifiesto que casi la mitad de los desplazados recibían asistencia, pero cinco años después solamente una cuarta parte de ellos recibían apoyo externo.
Según explicó Egeland, todas las personas con las que ha hablado durante su visita "anhelan la paz después de generaciones de guerra sangrienta y sin sentido". Pero también "ruegan que el progreso que ha llevado la ayuda extranjera se asegure de que todas las promesas en materia de educación, salud y desarrollo que no se han cumplido no se olviden ahora que las fuerzas extranjeras se preparan para marchar".
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