Trump ratifica la ley de derechos humanos que da apoyo a las protestas de Hong Kong
"He firmado la legislación por respeto al presidente chino, Xi Jinping, por China y por la gente de Hong Kong", anunció el magnate.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ratificó este miércoles la ley de derechos humanos y democracia en Hong Kong, una normativa que da apoyo a las protestas de la región administrativa especial china y que ha suscitado críticas en Pekín.
"He firmado la legislación por respeto al presidente chino, Xi Jinping, por China y por la gente de Hong Kong", anunció el magnate, que también ha dado el visto bueno a un segundo proyecto de ley que prohíbe la exportación de material como gases lacrimógenos, gas pimienta, balas de goma y pistolas eléctricas para Controller las protestas en Hong Kong.
Según recoge un comunicado de la Casa Blanca, Trump ha subrayado que "ha ratificado la ley con el objetivo de que líderes y representantes de China y Hong Kong logren superar sus diferencias para lograr una paz y una prosperidad que duren".
La nueva legislación, que fue aprobada por la Cámara de Representantes con sólo un voto en contra y por unanimidad en el Senado, requiere que el Departamento de Estado certifique al menos una vez al año la autonomía de Hong Kong. Asimismo, podría dar lugar a sanciones en contra de los altos cargos responsables de las violaciones de derechos humanos durante las protestas.
China, que ha condenado la medida con contundencia, convocó este lunes el embajador de Estados Unidos en el gigante asiático, Terry Branstad, en señal de protesta por la aprobación del proyecto de ley.
Para Pekín la ley es una herramienta que tiene la finalidad de interferir en los asuntos internos del país, por lo que ha presionado Washington porque "corrija sus errores y no interfiera en los asuntos de Hong Kong y en los de China".
Los manifestantes protestaron en las calles de Hong Kong durante cinco meses y las protestas han empeorado estas últimas semanas. Los ciudadanos critican la intromisión de China en las libertades de Hong Kong. Pekín, por su parte, niega haber interferido en sus asuntos y culpa a los países occidentales de provocar los disturbios.
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