La medicina también discrimina a las mujeres

Los ensayos clínicos, los diagnósticos y los tratamientos médicas están pensados para hombres y esto provoca mayores cifras de mujeres fallecidas, así como de efectos secundarios de los fármacos en el sexo femenino.

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La exposición '3D Innovación en Medicina' recoge una serie de piezas impresas en 3D aplicadas a la práctica asistencial

 

Cada vez más, por suerte, el feminismo va ganando fuerza, pero todavía queda mucho trabajo que hacer para lograr la igualdad de género. Estamos acostumbrados a hablar de la violencia de género o de las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral. Pero lo cierto es que esta diferenciación de sexo se puede extrapolar a muchos ámbitos, entre ellos el de la medicina.


La exposición '3D Innovación en Medicina' recoge una serie de piezas impresas en 3D aplicadas a la práctica asistencial

@EP


La autora Elinor Cleghorn ha publicado un libro titulado Mujeres enfermas en el que cita varias maneras en las que se ha entendido de manera errónea tanto el cuerpo de la mujer como su mente. Esto, según ella, ha llevado a que las mujeres hayan sido mal atendidas y también mal diagnosticadas en muchas ocasiones a lo largo de la historia. Así, en el libro hace referencia, por ejemplo, a la idea que había en la antigua Grecia que decía que el útero desplazado en las mujres era el causante de muchas de sus enfermedades.


Además, Cleghorn declaró para The Guardian que “las teorías biológicas sobre los cuerpos femeninos se utilizaron para reforzar y defender las ideas sociales restrictivas sobre las mujeres".

La autora decidió escribir este libro después de experimentar en primera persona una mala experiencia médica. Cleghorn padece lupus, pero tuvo que visitar muchas veces al médico para que se lo diagnosticasen, pese a que es nueve veces más prevalente en mujeres que en hombres.

“Estaba tratando de entender por qué ninguno de mis médicos realmente podía explicar mucho al respecto. Podían decirme lo que estaba sucediendo en mi cuerpo, pero no podían decir por qué lo contraje o por qué yo, como mujer, soy más susceptible a eso”, explicó.


LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES, MUCHO MÁS DIAGNOSTICADAS EN HOMBRES


El caso de Elinor Cleghnor es solo un ejemplo del diagnóstico tardío de enfermedades en mujeres. Sin ir más lejos, la principal causa de muerte femenina son las afecciones de corazón. Sin embargo, estas enfermedades se estudian, se diagnostican y se tratan más cuando se producen en hombres.


Para dar datos más concretos: el 35% de mujeres fallecidas en 2019 perdieron la vida por una afección de corazón. Estos problemas de salud los sufren alrededor de 275 millones de mujeres en todo el mundo y causan la muerte a más mujeres que el cáncer. En relación con el hombre, en 2018 las muertes por enfermedades cardiovasculares en mujeres supusieron un 53,7% del total. Es decir, perdieron la vida 9.000 mujeres más que hombres por esta causa.


Pero el motivo de que mueran más personas del sexo femenino por problemas cardiacos no es otro que la falta de diagnóstico. A las mujeres se nos diagnostican estas enfermedades con más retraso, se nos realizan menos intervenciones quirúrgicas y, por tanto, se llega más tarde al tratamiento. Algo que, como es lógico, desemboca en más muertes femeninas que masculinas.


LAS INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS SE CENTRAN EN HOMBRES


En un estudio publicado en la revista The Lancet se reclama una mayor investigación de las patologías femeninas y de sus tratamientos. Para empezar, cuando un doctor decide medicar a una persona no tiene en cuenta su sexo, ni tampoco su peso. Se diferencia entre niños y adultos, pero no se tiene en cuenta que una mujer de 50 kilogramos quizá no necesita la misma medicación que un hombre que pese 85 kilogramos.


Por otro lado, en los ensayos clínicos y preclínicos predomina la participación de hombres. Solamente entre el 20 y 25% de los participantes son mujeres, según The Lancet. La cardióloga Antonia Sambola sitúa este porcentaje entre el 25 y el 30%, pero pese a eso seguiría lejos del mínimo del 40% que se consideraría aceptable.


Estos hechos, además, llevan a que seamos las mujeres las que sufrimos el 60% de los efectos secundarios de los medicamentos. Sin ir más lejos, esto se ha podido ver en la campaña de vacunación del covid-19. Entre los efectos adversos notificados, el 83% de los de Pfizer los sufrieron mujeres. De Moderna este porcentaje sube hasta el 84% y en AstraZeneca baja al 75%.

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