Teorías de la Psicobiología explican científicamente el porqué del fenómeno nacionalista

CatalunyaPress.- La eurodiputada del grupo ALDE, Teresa Giménez Barbat, organizó un evento en el Parlamento Europeo bajo el título ¿Nacionalismos perpetuos?, englobado dentro de la plataforma Euromind.

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CatalunyaPress.- La eurodiputada del grupo ALDE, Teresa Giménez Barbat, organizó un evento en el Parlamento Europeo bajo el título ¿Nacionalismos perpetuos?, englobado dentro de la plataforma Euromind, creada con el propósito de organizar actos que acerquen la ciencia a la política bajo la premisa que la política tiene que basarse en hechos comprobados.

Dentro del Parlamento Europeo tuvo lugar el segundo evento organizado por Euromind Forum, auspiciado por la diputada de ALDE, Teresa Giménez Barbat, y moderado por Jacobo de Regoyos, corresponsal de Onda Cero en Bruselas, en el que se desentrañaron las bases primitivas del comportamiento grupal humano, sobre las que asentarían fenómenos políticos como los nacionalismos.

El evento contó con la presencia de tres reputados científicos que hicieron aportaciones significativas provenientes de las ciencias de la conducta humana.


Adolf Tobeña: “El comportamiento conformista es un fenómeno natural de las personas”

El primero en intervenir fue Adolf Tobeña, catedrático de psiquiatría de la UAB que en su intervención intentó responder a la pregunta ¿Por qué se ha incrementado el sentimiento pro-independentista en Cataluña en los últimos años?. El fenómeno en Cataluña separa drásticamente a “independentistas” y “unionistas”. Según el catedrático la confluencia de causas es alarmante, ya que a la polarización le sigue el fraccionamiento social que predice una escalada en los conflictos, según distintos modelos.


Y aunque las causas son variadas, próximas y lejanas, para Tobeña existen mecanismos de la psicología que explican el comportamiento conformista o incluso “gregario” en humanos, haciendo hincapié en el papel de los medios para moldear nuevos consensos y conformismos sociales. En este sentido afirmó que los experimentos sobre conformismo social indican que las valoraciones de los otros influyen decisivamente en la formación del juicio individual, incluso cuando estas valoraciones sean erróneas: “La gente no sólo cambia su opinión sino el modo de ver el mundo”. Las opiniones de los demás determinan una enorme variedad de opiniones y percepciones. De hecho los neurocientíficos han identificado regiones del cerebro implicadas en el conformismo o en la forma de pensar independiente, métodos experimentales para prevenir el conformismo social.


Para Tobeña el comportamiento conformista o el altruismo son fenómenos naturales corrientes en el ser humano, pero que pueden ser modulados significativamente por presiones culturales –como en el caso de Cataluña mostraría el importante papel de los medios de comunicación y propaganda gubernamental.


Carsten: “Las personas pueden identificarse con su grupo hasta el punto de sacrificarse”

Carsten K. W. De Dreu, profesor de psicología social y organizacional en la Universidad de Leiden, y también en el Centro para Economía Experimental y toma política de decisiones (CREED) de la universidad de Amsterdam y es conocido por sus trabajos sobre neurobiología del comportamiento altruista, y por descubrir el “lado oscuro” de la oxicotina.

Según Carsten las personas pueden identificarse con su grupo hasta el punto del sacrificio. De Dreu en su intervención explicó la teoría de la aproximación evolucionista basada en modelos de selección cultural y reciprocidad limitada, modelos que afirman que existe una “fuerte tendencia a beneficiar al grupo” y que están avalados por diferentes resultados experimentales, en contra de las predicciones sobre elección “racional” clásica.


De acuerdo con esta aproximación, el autosacrificio es intuitivo, más que calculado, y tiene lugar más frecuentemente en grupos formados por individuos pro-sociales, con mayor grado de empatía hacia el propio grupo. Los individuos más pro-sociales también suelen ser los más combativos aunque lo que motiva principalmente este tipo de conflicto humano, tiene que ver con hormonas como la oxitocina, que propicia el amor hacia el propio grupo. Las personas no luchan hasta la extenuación por sí mismas, sino por el grupo. Ya que en palabras de Dreu las personas estamos “biológicamente preparados” para sacrificarnos en beneficio del grupo, para promover nuestra buena reputación, todo ello de forma más intuitiva que calculada.

Mark Van Vugt: ”Una feminización del liderazgo político mundial podría reducir la escalada de conflictos”

El último en intervenir fue el profesor de psicología evolucionista Mark Van Vugt, de la universidad de Amsterdam y también profesor asociado en el Instituto de antropología cognitiva y evolutiva de la universidad de Oxford. Éste subrayó que la psicología humana es tribal y que el conflicto entre grupos es una característica indeleble en nuestra historia y evolución. Esta forma de conflicto es común en nuestra especie, y tan primitiva que hunde sus raíces en los encuentros letales entre primates hostiles, hace millones de años.


Van Vugt propone estudiar el conflicto entre grupos desde una óptica evolucionista basada en tres perspectivas teóricas: la teoría de juegos evolucionista, la teoría de la inversión parental, y la teoría de la selección sexual. Así hombres y mujeres no han nacido iguales en relación al conflicto y esta asimetría básica en el esfuerzo parental de los sexos explicaría, que hombres y mujeres hayan evolucionado rasgos psicológicos diferentes en términos fundamentales de toma de riesgos, cooperación, heroísmo o altruismo. Es decir en los conflictos intergrupales “para los hombres podría resultar beneficioso emplear la agresión y formar coaliciones”.


Para los hombres la guerra es más “razonable” mientras que las mujeres tienden a adoptar una estrategia más prudente y estas diferencias de sexo producen otro sesgo psicológico de importantes consecuencias: la hipótesis del macho señalado de otro grupo, según la cual, son los hombres –no las mujeres– de otros grupos quienes son particularmente señalados como blancos por el sesgo intergrupal algo que hace que los hombres sean más temidos y más estereotipados en comparación a las mujeres de otros grupos.


Van Vugt sugirió, hacia el final de su intervención afirmó que una feminización del liderazgo político mundial podría realmente reducir la escalada de conflicto humano.

1 Comentarios

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De verdad que las feminas pueden mejorar los conflictos ???. que se lo pregunten a las feminas de la ANC catalana por ejemplo. Quizas sea al revés ....

escrito por Tasio 08/may/16    10:31

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