Ben Leonberg reinventa el terror desde el hocico: 'Good boy' lleva la mirada de un perro a Sitges

El director estadounidense Ben Leonberg estrena en Sitges 'Good boy', un filme de terror contado desde la perspectiva de un perro que explora lo sobrenatural en una casa encantada. La propuesta combina suspense, ternura y reflexiones sobre la mortalidad.

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El director Ben Leonberg en el Festival de Sitges
El director Ben Leonberg en el Festival de Sitges - EUROPA PRESS

 

En la sección Oficial Fantàstic del Sitges Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya se presenta este sábado una de las propuestas más originales del año. 'Good boy', dirigida por Ben Leonberg, ofrece al espectador un relato de terror completamente inusual: todo lo que sucede se observa desde los ojos de un perro, un punto de vista que transforma la experiencia cinematográfica.

 

Un enfoque canino para el terror

Leonberg explica su motivación: “Pensé que alguien debería explicar una historia desde el punto de vista de un perro sobre cómo sería vivir en una casa encantada y experimentar lo sobrenatural”. La idea surgió de su fascinación por escenas icónicas de películas como 'Poltergeist', donde los perros perciben lo que los humanos no ven, y su propio vínculo con su mascota.

En 'Good boy', el protagonista canino, Indy, se traslada al campo con su dueño y descubre que la casa familiar está marcada por la tragedia: las visiones del anterior propietario muerto le obligan a proteger a su amo de fuerzas invisibles. La película fusiona elementos clásicos del cine de terror con una narrativa totalmente subjetiva, donde cada escena se construye alrededor de la percepción del perro.

 

Un proyecto de más de una década

El director señala que el germen de la película data de 2012, con pruebas de rodaje en 2017 y filmación principal entre 2021 y 2024: “Un proceso muy largo”. Desde el inicio, Leonberg decidió mantener la perspectiva canina como eje central, rechazando cualquier visión humana convencional. Este desafío implicó adaptar los tiempos narrativos y aprovechar las habilidades sensoriales del animal, como su oído y olfato, para transmitir tensión y emoción.

 

Cine y cariño

El trabajo con Indy no se limitó a la actuación: Leonberg compartió múltiples escenas con el perro para asegurar una interacción genuina. “Se percibe un amor genuino entre nosotros, y el animal se puede sentir tranquilo y cómodo”, afirma el director. Cada toma se pensó desde el punto de vista del perro, ya sea desde su lomo o sus patas, un esfuerzo que, según el cineasta, complicó el rodaje pero enriqueció la experiencia visual.

 

Más allá del terror

Aunque el filme se inscribe en el género sobrenatural, Leonberg lo define como “una película de amor”, centrada en el vínculo protector de un perro y con reflexiones sobre la mortalidad, un tema recurrente en historias de fantasmas. Para él, el terror y la ternura coexisten: “Es un relato que habla de cuidar y acompañar, incluso frente a lo desconocido”.

 

Futuro y perspectivas

Sobre sus próximos proyectos, el director comenta que trabajará con actores humanos, pero no descarta volver a explorar historias con animales y narrativas subjetivas: “Volveré a usar la perspectiva como manera de potenciar la narrativa”. La presentación de 'Good boy' en Sitges consolida a Leonberg como un cineasta dispuesto a experimentar y a ofrecer al público experiencias innovadoras en el cine fantástico.

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