Sarkozy y Catalunya: el expresidente francés que llamó “peligro para Europa” al independentismo
El exmandatario, hoy en prisión, alertó en 2015 que la secesión catalana amenazaba la unidad europea
El ingreso en prisión del expresidente francés Nicolas Sarkozy este martes 21 de octubre de 2025 ha reavivado el recuerdo de su firme oposición a los movimientos independentistas, especialmente al proceso soberanista catalán. El político conservador, que gobernó Francia entre 2007 y 2012, fue una de las voces internacionales más contundentes contra la independencia de Catalunya, a la que llegó a calificar de “problema no solo para España, sino para toda Europa”.
Durante un acto de cierre de campaña del Partido Popular celebrado en el Palacio de Congresos de Catalunya, en septiembre de 2015, Sarkozy defendió la unidad territorial y alertó de las consecuencias que tendría una fractura interna dentro de España: “Dividir es de débiles y cobardes; unirse es de fuertes”, afirmó entonces, ante unas 2.500 personas y junto al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.
El expresidente francés consideraba que la independencia catalana representaba una amenaza directa para el proyecto europeo. Según sus palabras, el continente nunca había afrontado “una crisis tan peligrosa y grave” como la que planteaban los movimientos separatistas. “Solo hay un camino para sobrevivir: permanecer unidos”, sentenció en un discurso que culminó entre aplausos con una frase que aún se recuerda: “Viva Catalunya, Visca Espanya”.
Estas declaraciones, pronunciadas en plena efervescencia del proceso soberanista, consolidaron a Sarkozy como uno de los principales aliados internacionales del Gobierno español en su defensa de la unidad territorial.
Años después, y pese a los procesos judiciales que han marcado su carrera, su posición sobre la cuestión catalana se mantiene como un ejemplo del enfoque europeo ante los nacionalismos regionales. Su advertencia de que el independentismo podía “abrir una grieta en el corazón de Europa” resuena con fuerza cada vez que el debate territorial vuelve a la primera línea política.
El exmandatario, ahora recluido en la prisión de La Santé, deja tras de sí una huella política marcada por la firmeza y por una visión de Europa basada en la cohesión y la estabilidad.
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