Indignado sin fobias

|
Unnamed (14)
Pedro Sánchez con Santos Cerdán - EUROPA PRESS

 

La fobia, como ya hemos comentado, es una realidad inventada que produce efectos concretos. Es una trampa que se hace uno a sí mismo; no hablo de culpas, suele quebrar las propias fuerzas. Pero también es cultivable por los manipuladores; hay fobias aprendidas por incitación sistemática.

Vayamos a buscar razones bien argumentadas, para dar cuenta de lo que vemos alrededor y aproximarnos a explicaciones adecuadas. Les propongo ahora hablar del mundo político español, convulso, paralizado y deleznable.

No tengo ninguna aversión contra el socialismo, en absoluto. No cargo las tintas contras los desperfectos que hayan podido ocasionar los partidos que invocan esta ideología (o cualquier otra); los desaguisados están siempre en función de los personajes que controlan a sus anchas las organizaciones. Sí diré, en cambio, que siento un asco rotundo, sin paliativos, por la mentira (la ejerza quien la ejerza), por el cinismo y por la cara dura de los representantes públicos, no digamos si tienen poderes de gobierno (a veces están al mando sin poder gobernar, les compensa tener el control de los dineros públicos).

Llego de este modo al inefable Pedro Sánchez. Lo veo como un infiltrado en el PSOE en la búsqueda exclusiva de su mayor ‘gloria’ personal. Su ideología es estar en el poder. Se trata, por tanto, de una ideología acomodaticia, envuelta en verborrea: vacía de contenido y asesorada hasta el mínimo detalle por expertos en comunicación.

El capitán de la coalición que se jacta de progresista (Junts, EAJ-PNV, Bildu, etc) promueve que lo absurdo sea considerado verdadero; es un juego que practica con maestría. Su fatuidad en pretender una santidad laica (por encima del bien y del mal) corrompe la percepción de quienes se lo creen. Su mantenimiento en el poder promueve múltiples chantajes e insolencias de quienes, irónicamente, fueron buscados por él mismo (y por Cerdán) para sostener su paraguas ‘progresista’. Asimismo, ha dividido a los españoles en ‘buenos’ y ‘malos’. Desde el principio le convino la fortaleza de Vox; raquítico antes de que él llegara al poder. Y lo ha logrado con creces. De este modo, tiene ‘coartada’ para mantenerse: ‘una obligación cívica’ ante lo que puede venir. En este círculo vicioso en que se ha convertido nuestra política, quien le rebata queda proscrito y reubicado en el eje del ‘mal’. Todo esto es grotesco y estúpido, pero es real.

Desbloquear los distintos círculos viciosos de irradiación topa con soluciones ya ensayadas y fracasadas. Estamos entre el marasmo y el espasmo, entre la inmovilidad moral o física y la contracción involuntaria de nuestros músculos. Lógicamente, todo ello invade de una angustia indecible a los ciudadanos más conscientes y menos sectarios. Algunos piensan, asumiendo la vieja cantinela franquista, que somos un país ingobernable, raro, diferente; imposible. Es absurdo, pero está ocurriendo. Debemos incidir en el trastorno de fondo y procurar cambiar de percepción. ¿Cómo recuperar una relación positiva con la propia imagen y con la de los demás? En primer lugar, reconociendo el espejismo en el que estamos instalados y activando el alejamiento del pánico que nos descontrola. Sólo así podremos mejorar nuestras actitudes y conductas. Esto es fundamental. No se trata sólo de que el día de su relevo llegue, que inexorablemente llegará. No lo va a hacer por las buenas, sino probablemente por las urnas. Tampoco tengo entusiasmo alguno por las otras opciones, menos aún por la que Sánchez ha potenciado; hagan números de su crecimiento.

El psicólogo italiano Giorgio Nardone observa las fobias como construcciones de realidad que pueden ser deconstruidas y dotadas de una nueva estructura. Él señala que en terapia no siempre procede establecer una relación empática con el paciente, sino una intervención estratégica que incida en el miedo y el dolor para provocar su saturación y anular su expresión patológica. Ya nos pueden vender la moto y decir que la economía va como nunca, pero siete años de Sánchez han dado para mucho: un deterioro atroz de las instituciones. Sólo sus ‘hooligans’ pueden negar los desgarros sufridos (y los que pueden venir). ¿Cómo robustecer nuestra experiencia emocional?

Nardone ha desarrollado la técnica de la peor fantasía para tratar los trastornos de ansiedad y de pánico. Todo puede ir a peor. Imagínense a Sánchez convertido al integrismo, islámico o católico. ¿No creen que su corte le seguiría con los ojos cerrados, fervorosamente?

La técnica de la peor fantasía consiste en una paradoja terapéutica: la de provocar más miedo del que se tiene, avanzarlo a solas acabará, de forma progresiva, por inhibir el ya existente y reestructurará el punto de vista. ¿Cómo seguir viendo a Sánchez? Un pobre hombre desnortado en sus trolas. Ya ni lo miro.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA