Los jueces “imparten justicia”, no son la Justicia

La apertura del año judicial, presidida por el Rey Felipe VI, estuvo marcada por tensiones, ausencias políticas y críticas cruzadas entre jueces y Gobierno

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MADRID (ESPAÑA), 05/09/2025.- El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a su salida este viernes del Tribunal Supremo tras el tradicional acto de apertura del año judicial. EFE/ Fernando
El Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz - EP

 

Como era previsible, después de días de calentar el ambiente, anunciar ausencias y pedir la no asistencia, la apertura del año judicial que ha presidido el Rey Felipe VI (menudo marrón le ha tocado, pero para eso cobra y en estas circunstancias lo hace bien) ha estado marcada por la tensión, gestos nerviosos, aplausos y crispación. Un acto que debía ser institucional simplemente ha estado cargado de política, de intereses, pulso de una parte de la judicatura: política por todas partes, aunque algunos jueces/juezas vendan la separación de poderes y después ellos no lo cumplan.

Iniciaba el acto el fiscal general del Estado, nervioso —no es para menos—, y lo hacía haciendo referencia a su tema personal de estar investigado por el caso de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo hacía para afirmar que es inocente y cree en la justicia. Dicho lo cual, ha continuado leyendo los 36 folios que llevaba escritos para presentar la memoria anual de su departamento. Al término de su intervención, aplaudida por una parte de los asistentes, le tocaba el turno, dado también por el Rey, a la presidenta del Supremo, Isabel Perelló. Presionada por un sector de la judicatura, no le quedó más remedio —¿seguro?— que hablar de las declaraciones del presidente del Gobierno, a las que tacha de “inoportunas y rechazables, las descalificaciones a jueces por parte de los poderes”. Para Perelló: “Tal forma de proceder socava de forma directa la confianza en la Justicia”. También fue aplaudida, más tiempo que su antecesor.

En la entrevista del lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en TVE, por la nueva conductora de las noticias de las 9, volvió a salir la clásica pregunta del proceder de los jueces. Como era de esperar, volvió a decir que “hay jueces, una minoría, que hacen política y políticos que quieren hacer de jueces”. No es la única ocasión en la que ha realizado esta afirmación. Viendo lo que está sucediendo con algunas señorías, es normal que tenga esa opinión. El problema es el corporativismo de este sector, que tiene la piel muy sensible, se creen intocables y nadie puede hacer comentarios que no les agraden. No todos los jueces opinan lo mismo, ni Sánchez se ha metido con ellos. Sus señorías deben aceptar que no son angelitos, que son humanos, que se equivocan, que opinan en las redes con unos comentarios impropios que alejan mucho la independencia de la judicatura que reclaman, pero que no practican. No hace falta dar nombres porque son noticias cada día en los medios: jueces estrella que se creen intocables.

Los jueces no son la justicia, la imparten y, en algunos casos, hay dudas de que sea así. ¿Son todos? No, pero son unos cuantos. Los jueces deben actuar con rectitud y la justicia no debe ser un favor, sino un derecho. No sé quién dijo que “Nunca nuestros jueces son mejores que nosotros”. Sus señorías han de poner de una vez los pies en el suelo, que en democracia la crítica a cualquier colectivo forma parte de la libertad. Otra cosa es insultar, eso no se debe permitir, pero criticar sí.

Los otros protagonistas de la apertura del año judicial han sido el jefe de la oposición y líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien anunciaba hace algunas jornadas que no asistiría por la presencia del fiscal general, que está imputado. Se ha olvidado de que es un acto institucional (respeto a las instituciones) que presidía el Rey, al que le han hecho el feo. Y, para redondear más la postura de su partido, también se ausenta el presidente del Senado (cobra por ello), con una mala excusa. Mientras plantaba al jefe del Estado, participaba en un acto con Isabel Díaz Ayuso, cuya pareja está imputada, entre otras cosas, por fraude. Vive en una vivienda de su pareja imputada por corrupción, y aún tiene la potra de decir lo que dice. Feijóo estaba también al lado de Ana Millán, vicepresidenta de la Asamblea de Madrid y miembro de la ejecutiva popular, imputada desde 2022 por cuatro delitos de corrupción. Pero no sucede nada, porque a la presidenta de Madrid le gusta mucho la fruta.

Llegados a este punto, los jueces se deben tranquilizar, dedicarse a su función; los políticos, que reflexionen; que los casos de corrupción se resuelvan de acuerdo con las leyes; que los jueces no hagan política; que las opiniones sean libres en democracia; que la judicatura admita que no son intocables, que han perdido credibilidad y que Perelló se queja de las críticas, pero no ha hecho referencia a esos otros jueces que están teniendo una actitud poco acorde con su trabajo.

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