Una Diada muy particular

La Diada de Catalunya entre la crisis independentista, la imposición lingüística y la política oficial

 

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Cientos de personas durante la manifestación convocada por la ANC, a 11 de septiembre de 2025, en Barcelona, Catalunya (España). - EUROPA PRESS

 

Pues sí, pasó la Diada de Catalunya, en una jornada distinta, con el independentismo en plena crisis en las “alturas”, además de una sociedad que empieza a pasar porque no se creen las promesas de los que iban a conseguir la independencia (los han engañado), mientras que, en el otro lado, constitucionalistas y los que no quieren tener etiqueta han tenido una jornada festiva, tranquila y de respirar libre, sin tener que cabrearse porque los que se habían apropiado de la Fiesta Nacional de Catalunya… Los hay también, no lo olvidemos, que pasan de todo y para ellos solo ha sido una jornada de descanso y disfrute, como cualquier otra, y la Diada, para los políticos dicen

Un nuevo acontecimiento ha dado fuelle a los independentistas en esta Diada: la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, que anulaba una serie de puntos del decreto que fue aprobado en 2024, que blindaba el catalán como lengua vehicular en las escuelas de Catalunya. Con esta sentencia, el TSJC reconoce una parte del recurso que en su día había presentado la asociación “Asamblea por una escuela Bilingüe en Catalunya”, porque esta asociación considera que el castellano está relegado con respecto al catalán y no se ha cumplido la aplicación del 25% de castellano en la enseñanza que dictó la justicia  un día l. La sentencia, que será recurrida por el gobierno catalán, según manifestó el presidente Illa, ha reiniciado la batalla por “la inmersión lingüística”, que tantos dolores de cabeza ha traído y que se ha utilizado y se sigue utilizando como arma política por parte de algunos.

La consellera de Educación, Esther Niubó, ha declarado que seguirán como hasta ahora, que lo defenderán con firmeza, puesto que “el modelo lingüístico ha garantizado que el catalán sea una lengua no solo vehicular, sino de acogida, transversal, de promoción social y convivencia”. Me llama la atención algunas de las afirmaciones de la consellera Niubó, que creo que no se ha pensado demasiado sus palabras: de acogida, ¿en qué se basa?, cuando a las personas que llegan a Catalunya se les obliga a aprender el catalán en cursos de dos meses para poder conseguir el certificación de empadronamiento que le permita conseguir el permiso de residencia y poder acceder a un puesto de trabajo, que tarda demasiados meses en concederlos. ¿Mientras de qué viven? De la economía sumergida ¿De convivencia? ¿Está segura la consellera de que eso es así? Y la que más me ha llamado la atención de sus afirmaciones es la de “promoción social”. ¿Qué entiende Niubó por promoción social? Aunque hay más de una definición, “la promoción social es un enfoque integral que busca mejorar la calidad de vida de las personas mediante acciones coordinadas y participativas, enfocadas en la equidad, la justicia social y el desarrollo social”. ¿Todo eso lo promociona el conocimiento de la lengua? ¿También para arreglar los papeles a los que vienen a trabajar sin un euro en el bolsillo, con ayudas escasas de las administraciones? ¿Ascenderá socialmente solo hablando catalán, esperando que la burocracia le arreglen los papeles? Según el presidente Illa, “sin convivencia, no podemos generar estabilidad social en nuestros respectivos países y, en consecuencia, prosperidad económica”. La convivencia, entiendo, es cosa de dos, no solo de una de las partes, porque a eso se le llama imposición, nada compatible con una democracia. Cosa que se sigue sin entender. No me canso de escribirlo: “la imposición solo trae una reacción de signo contrario”. Contra eso, hay una cosa que se llama incentivar, premiar, compartir. Integrar voluntariamente, todo lo demás no sirve, es contraproducente, se está viviendo

El acto oficial de la Diada del gobierno que preside Salvador Illa se llevó a cabo en el Teatro Nacional de Catalunya, con la presencia de “numerosas personalidades institucionales, políticas y sociales”. ¿Una representación de la sociedad catalana? No, un criterio que considero excluyente. Habría que repasar la lista de los invitados… Pero, como se dice, pelillos a la mar, porque el presidente Illa se ha ido a París con una agenda completa y celebración en la “embajada” de Catalunya  de la Diada, para "internacionalizarla". París solo es el principio de su gira europea para explicar “la nueva Catalunya”. ¿La combinará con la que aún no ha terminado en España para explicar la financiación singular para Catalunya?

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