La apuesta audaz de Catalunya: ¿Cómo impacta el viaje de Illa a China en el Tablero Global?
La reciente expedición del líder del Govern a la potencia oriental marca un momento crucial con el anuncio de una delegación.
Es la primera visita de un presidente autonómico a la potencia asiática en más de dos décadas, enmarcada en una estrategia para fortalecer vínculos comerciales y económicos.
I. El Viaje de Salvador Illa: Objetivos y Primeros Acuerdos
1.1. Propósito, Antecedentes y Anuncios Clave
La visita de Salvador Illa a China, la primera de un President de la Generalitat en más de veinte años, subraya un giro estratégico en la política exterior catalana, buscando restablecer y profundizar los lazos con el gigante asiático en un contexto de creciente peso económico y geopolítico global. Esta reorientación se produce en un escenario de creciente polarización, donde la búsqueda de nuevos socios se vuelve crucial. La gira se integra en el "Pla Àsia", una iniciativa más amplia del Govern que se dará a conocer antes de fin de año, y que busca un "salto adelante" en las relaciones de Catalunya con el continente, tras visitas previas a Japón y Corea del Sur. La Generalitat busca atraer inversiones, establecer alianzas estratégicas y apoyar su red de delegaciones, convencida de la necesidad de una presencia internacional activa para consolidar su posición en un mundo en constante cambio.
Un anuncio central ha sido la inminente apertura de la primera delegación de la Generalitat en China, preferiblemente en Pekín, antes de que termine el año, para otorgar un "rango más reforzado y más potente" a la relación bilateral. Durante su estancia, Illa se ha reunido con Wu Weihuan, vicepresidente de la Asamblea Popular Nacional de China, donde ambos defendieron el fortalecimiento de las relaciones y la cooperación, y Illa expuso el "potencial económico e industrial" de Catalunya.
1.2. Agenda y Sectores Estratégicos
La agenda de Illa en China es ambiciosa, orientada a "explorar" acuerdos económicos y "rastrear inversiones". El President viaja acompañado por los consellers Jaume Duch (Unión Europea y Acción Exterior) y Miquel Sàmper (Empresa), lo que indica un esfuerzo gubernamental coordinado.3 La delegación busca profundizar vínculos en cultura, gastronomía, deporte, universidad y ciencia, reflejando una estrategia integral que va más allá de los intereses puramente comerciales.3
Un enfoque destacado es la atracción de inversiones en el sector de los vehículos eléctricos y la fabricación de baterías. Catalunya, con más del 20% de las empresas de automoción de España, se presenta como un destino atractivo para fabricantes chinos de vehículos eléctricos. Empresas como Chery ya han establecido su presencia en la Zona Franca de Barcelona para el ensamblaje de coches eléctricos, y la agenda de Illa incluye visitas a la sede de Chery en Wuhu y a una planta del grupo Volkswagen en Hefei. Este enfoque busca posicionar a Catalunya a la vanguardia de la nueva revolución industrial, aprovechando su base industrial existente para generar empleos de alta calidad y fomentar la innovación. Además, Illa tiene previsto reunirse con representantes de grandes empresas chinas como Huawei y China Unicom, así como con firmas catalanas ya establecidas en China, como Roca.
II. Implicaciones Comerciales y Económicas
2.1. Impacto en Catalunya
La relación económica entre Catalunya y China es robusta y creciente. China se ha consolidado como el quinto país que más ha invertido en Catalunya y el primero entre los países asiáticos. En los últimos cinco años (hasta 2025), las inversiones chinas en la comunidad autónoma han ascendido a 1.279 millones de euros, lo que representa un aumento del 300% respecto al lustro anterior. Entre 2018 y 2022, la inversión fue de 1.164 millones de euros, generando más de 2.100 puestos de trabajo.
Actualmente, más de 200 empresas chinas tienen filiales en Catalunya, mientras que 280 empresas catalanas cuentan con filiales en China. Un 64% de los proyectos de inversión chinos en Catalunya son de carácter industrial y tecnológico, con un 52% específicamente relacionados con la transformación digital y verde. Es notable que el 34% de estas inversiones son de tipo greenfield, es decir, de empresas sin presencia previa en Catalunya. Este patrón sugiere que las empresas chinas no solo buscan acceso al mercado, sino también una base de fabricación dentro de la Unión Europea, posicionando a Catalunya como un "puente" o "puerta de entrada" atractiva para acceder al mercado europeo y eludir futuras barreras comerciales. Sin embargo, un análisis experto también debe considerar si estas inversiones están impulsando genuinamente la innovación local y la creación de valor añadido sostenible, o si se centran principalmente en la adquisición de activos y el acceso a mercados para productos ya desarrollados en China.
Las exportaciones de empresas catalanas a China alcanzaron los 1.829 millones de euros en 2024, lo que supone un incremento del 74% en una década. China se ha convertido en el principal mercado asiático y el decimoquinto a nivel mundial para los productos catalanes, siendo los principales productos exportados carne, plásticos y cobre. El sector inmobiliario catalán también ha captado un interés significativo de inversores chinos, con aproximadamente cinco agencias inmobiliarias chinas que actúan como intermediarias para la inversión asiática. Los compradores chinos representaron el 3,9% de las ventas de viviendas registradas en el primer trimestre de 2025.
2.2. Consecuencias a Nivel Nacional
China es el principal socio asiático de España y el país con el que mantiene la mayor dependencia importadora. Esta relación, si bien impulsa la economía española, también genera un creciente déficit comercial. En los dos primeros meses de 2025, el déficit comercial de España con China aumentó un 22%, representando el 38% del déficit total de España con el mundo. La intensificación de los lazos con China, aunque económicamente beneficiosa, complica el delicado equilibrio diplomático de España con Estados Unidos, planteando desafíos a largo plazo en seguridad económica y geopolítica. España busca el entendimiento global y el multilateralismo, y ha acordado con China facilitar exportaciones de productos españoles como porcino, cerezas y cosméticos, y reforzar la cooperación en ciencia, educación y cultura.
2.3. Dimensiones Internacionales y Geopolíticas
La relación entre España y China se inscribe en un contexto internacional complejo, marcado por la dinámica entre la Unión Europea y el gigante asiático. China es el segundo socio comercial de la UE (después de EE. UU.), y la UE es el mayor socio comercial de China. Sin embargo, China también es un competidor significativo para la UE. Esta dualidad ha llevado a la UE a iniciar un procedimiento de solución de diferencias en la OMC en enero de 2022 por prácticas comerciales chinas. La UE busca una estrategia coherente y consistente a largo plazo, enfocada en el "de-risking" (reducción de riesgos) en lugar del "decoupling" (desvinculación).
Impacto de la política exterior de Estados Unidos (Trump) y la relación China-Rusia (Putin)
La posible reelección de Donald Trump en Estados Unidos introduce una capa adicional de incertidumbre y riesgo en el panorama geopolítico y comercial global. Una renovada guerra comercial entre EE. UU. y China bajo una posible segunda presidencia de Trump podría perturbar el crecimiento mundial, los mercados financieros y las cadenas de suministro a través de medidas arancelarias agresivas contra China y otros socios comerciales, incluyendo la Unión Europea. Durante su primer mandato, la guerra comercial entre EE. UU. y China ya tuvo un impacto sustancial en el PIB trimestral de China, reduciéndolo hasta en un 0.8%. Trump ha propuesto aranceles universales del 10% y castigos mayores a sus principales socios, llegando a imponer un impuesto del 20% a las importaciones de la Unión Europea y duplicando los aranceles sobre productos chinos. Esta postura de "América Primero" podría redefinir alianzas estratégicas y afectar la estabilidad geopolítica global, generando incertidumbre económica y desafíos geopolíticos. El acercamiento de España a China, como el viaje de Illa, podría tensar las relaciones con EE. UU. y afectar inversiones estadounidenses en España.
Por otro lado, la relación entre China y Rusia, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania, se ha convertido en un "factor determinante" en la relación entre China y la UE. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha señalado que los vínculos entre Pekín y Moscú han llevado a un "claro punto de inflexión" en las relaciones UE-China, marcadas por diferencias en materia comercial, inversión y la postura china ante el conflicto. El acercamiento entre China y Rusia ha enfriado notablemente la relación con Bruselas, incluso después de la invasión de Ucrania. Además, Rusia y China están a la vanguardia de las ciberamenazas, lo que añade una dimensión de seguridad a la competencia geopolítica global. Esta situación coloca a Europa, incluida España, en una posición vulnerable, obligándola a equilibrar sus relaciones con ambos actores globales.
Consecuencias para Europa
La Unión Europea se encuentra en una encrucijada en la nueva globalización, enfrentándose a la superioridad comercial y tecnológica de China y Estados Unidos, lo que está lastrando el mercado común y la posición del bloque a nivel global. La UE es altamente dependiente de su comercio exterior, que representa el 55% de su PIB, en contraste con el 25% de EE. UU. y el 45% de China. Esta dependencia hace que Europa sea particularmente vulnerable a las políticas proteccionistas.
Las tensiones comerciales entre la UE y China son evidentes. Aunque China es el segundo socio comercial de la UE y la UE es el mayor socio comercial de China, también es un competidor significativo. La UE ha expresado su deseo de una relación comercial "más equilibrada" con China, buscando un acceso "justo" a su mercado y defendiendo el multilateralismo y un orden internacional basado en normas. Bruselas ha señalado que China se beneficia de su mercado abierto, pero compra "demasiado poco", y ha insistido en que las dependencias estratégicas no deben usarse como arma de presión. Además, la UE está en una carrera por proteger sus propias industrias estratégicas (como semiconductores y tecnologías verdes) frente a la competencia subvencionada, tanto de China como de EE. UU., lo que añade una capa de complejidad a su estrategia de "de-risking".
En este escenario, la UE está preparada para aplicar aranceles punitivos a bienes de Estados Unidos por aproximadamente 115.000 millones de dólares si las políticas arancelarias de Trump entran en vigor, lo que podría generar una guerra comercial global. Sin embargo, algunos análisis sugieren que la política arancelaria de Trump podría incluso beneficiar a la UE al ahuyentar a los inversores de EE. UU., que podrían buscar refugio en Europa. La UE también está adaptándose a este entorno competitivo y proteccionista, favoreciendo la relocalización de la industria en países vecinos, como Marruecos o Turquía, para crear redes económicas más cercanas y simbióticas. La cumbre entre China y la Unión Europea ha evidenciado la complejidad de esta relación, marcada por la interdependencia económica y las tensiones geopolíticas, especialmente por la postura de China ante la guerra en Ucrania y sus vínculos con Rusia. La presidenta de la Comisión Europea ha reclamado a China que abra su mercado y presione a Rusia, buscando equilibrio comercial y acceso a recursos estratégicos como las tierras raras.
III. La Comunidad China en Catalunya y España
3.1. Datos Demográficos y Perfil Socioeconómico
Catalunya es la comunidad autónoma con la mayor población de origen chino en España, con 63.228 personas censadas según el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que la convierte en la cuarta comunidad inmigrante más numerosa en la comunidad autónoma. A nivel nacional, la población total de la comunidad china en España supera las 220.000 personas, con otra fuente que la sitúa en 228.564 en 2020.38 Esta población se ha multiplicado por 16 en los últimos 20 años.
Aunque la distribución geográfica de la población china en España es dispersa, tiende a concentrarse en las grandes ciudades. La Comunidad de Madrid cuenta con 63.549 ciudadanos chinos, mientras que la provincia de Barcelona alberga aproximadamente 54.642. Alrededor del 70% de los inmigrantes chinos en España provienen de la región de Zhejiang, particularmente del condado de Qingtian. La edad media de la población china en Barcelona es joven, de 31 años, con un período medio de residencia de casi 15 años, lo que confirma que se trata de una comunidad arraigada.
La comunidad china en España es reconocida por su laboriosidad y su marcado espíritu emprendedor. Tradicionalmente, se han concentrado en sectores como la hostelería, el comercio minorista y la importación/exportación de mercancías. Sin embargo, con el surgimiento de las segundas y terceras generaciones, se observa una diversificación profesional hacia campos como la medicina, la ingeniería, la abogacía y la economía. La comunidad china lidera el número de trabajadores autónomos en España, con más del 53% de los ciudadanos chinos dados de alta en la Seguridad Social bajo el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Este fenómeno se sustenta en un robusto sistema de apoyo interno, donde se prestan fondos entre familiares y conocidos (generalmente entre 2.000 y 4.000 euros) para iniciar negocios, evitando así los bancos tradicionales. Contrariamente a la creencia popular, los ciudadanos chinos están sujetos a las mismas obligaciones fiscales (IVA, IRPF) que el resto de residentes en España, sin que existan beneficios fiscales especiales para ciudadanos extranjeros.
3.2. Desafíos y Oportunidades de Integración Social
La comunidad china en España a menudo ha sido percibida como "cerrada" y menos integrada que otros colectivos inmigrantes, principalmente debido a las barreras lingüísticas y culturales, con un bajo dominio de las lenguas oficiales en Catalunya. Esta percepción puede generar recelos y estigmas en la población local. Sin embargo, el nivel de integración está aumentando gradualmente entre las diferentes generaciones, con las nuevas generaciones mostrando un mayor compromiso con la sociedad de acogida. Estas nuevas generaciones, con un mejor dominio de los idiomas locales y una mayor exposición a la cultura española, tienen el potencial de actuar como puentes culturales y económicos, facilitando el entendimiento y las oportunidades de negocio entre ambos mundos. Las asociaciones voluntarias chinas han desarrollado estrategias para acercarse a las administraciones públicas. El Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, está implementando estrategias para mejorar la integración, que incluyen la promoción de servicios municipales, la oferta de formación en gestión de conflictos y el fomento de la sensibilización intercultural entre los funcionarios públicos. La prensa juega un papel crucial en la deconstrucción de la brecha "ellos-nosotros", ofreciendo información sobre la comunidad china más allá de los sucesos negativos.
IV. Empresas Chinas en Catalunya y España: Presencia e Inversiones
4.1. Panorama General e Inversiones Destacadas
La presencia de empresas chinas en Catalunya y España es notable y creciente. Más de 200 empresas chinas tienen filiales en Catalunya, con inversiones centradas significativamente en proyectos industriales y tecnológicos (64%), con un fuerte énfasis en la transformación digital y verde. Los inversores chinos consideran a España un entorno favorable para la innovación, gracias a su calidad de vida, el tamaño de su mercado y sus infraestructuras. Este enfoque en la innovación y la tecnología sugiere un interés en la producción avanzada, más allá de la mera manufactura.
Existen ejemplos concretos de inversiones chinas significativas en Catalunya y España. La automovilística Chery ha establecido una fábrica en la Zona Franca de Barcelona para el ensamblaje de vehículos eléctricos, lo que representa un caso de éxito en la atracción de inversión estratégica. Huawei es otra empresa china destacada con una presencia considerable en España, e Illa también tiene programado reunirse con sus representantes. Otras empresas chinas relevantes con operaciones en España incluyen Trina Solar, Longi, JA Solar y Yingli Solar en el sector de la energía solar, y BYD en el de vehículos eléctricos. El Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) en Madrid ha sido reconocido como "La Mejor Empresa China en España" y ha recibido el certificado de honor "Inversión Brillante" del Ministerio de Economía español. El ICBC ha desempeñado un papel activo en la facilitación de inversiones chinas, incluyendo la adquisición de Cubigel Compressor en Catalunya por parte de Huayi, y la toma de participación en la empresa española Osborne. Otro ejemplo es PXI Automotive, que en 2021 abrió su primera planta europea en Catalunya para la fabricación de piezas de automoción, tras adquirir la empresa catalana Mecánicas Troem.
4.2. Impacto en el Empleo y la Tecnología
Las inversiones chinas en Catalunya entre 2018 y 2022 generaron más de 2.100 puestos de trabajo. Un análisis más detallado revela que las inversiones realizadas por empresas privadas chinas en España tienden a tener un impacto positivo en la productividad, la rentabilidad y el empleo, mientras que las inversiones de empresas públicas chinas podrían conllevar ciertas reducciones de empleo, lo que subraya la importancia de diferenciar el tipo de inversor. Las empresas chinas están ganando cuotas de mercado significativas en industrias manufactureras altamente competitivas, como productos químicos de alta gama, electrónica (especialmente tecnología de la información), automoción y aeronaves. Esto indica un enfoque en la producción avanzada, lo que puede conducir a la creación de empleos más cualificados y a la mejora tecnológica. La política china, reflejada en su "XII Plan Quinquenal" (2011-15), ya apuntaba a la transformación de su modelo de crecimiento económico hacia un mayor consumo interno, servicios y urbanización, con un fuerte énfasis en la innovación, la tecnología y la eficiencia energética. España y China han firmado un "Pla d'Acció 2025-2028" que incluye iniciativas específicas en tecnología e inversiones, con el objetivo de fortalecer aún más los lazos bilaterales.
Perspectivas Futuras
El viaje de Salvador Illa a China marca un punto de inflexión en la estrategia internacional de Catalunya, representando una reorientación estratégica a largo plazo hacia Asia, y específicamente hacia China. Esta iniciativa se fundamenta en la ya sustancial relación económica bilateral, caracterizada por un flujo creciente de inversión china en sectores estratégicos catalanes, como la automoción y los vehículos eléctricos, y un aumento constante de las exportaciones catalanas al mercado chino.
La profundización de esta relación presenta una serie de oportunidades significativas. La atracción de inversiones de alto valor añadido, especialmente en tecnologías avanzadas y la transformación digital y verde, puede impulsar la transferencia tecnológica y la creación de empleo cualificado en Catalunya. La posición de la región como puerta de entrada a la Unión Europea para las empresas chinas es un activo estratégico que puede ser capitalizado para fortalecer su base industrial. Además, la vitalidad y el espíritu emprendedor de la comunidad china en España, con sus nuevas generaciones actuando como puentes culturales y económicos, constituyen un recurso interno considerable, fomentando la creación de empresas y la dinamización de sectores clave.
No obstante, esta relación también conlleva desafíos importantes. La gestión del creciente déficit comercial de España con China, así como la navegación de las complejas dinámicas geopolíticas, que incluyen la estrategia de "de-risking" de la UE y las relaciones con Estados Unidos, requerirán una diplomacia hábil y una planificación estratégica cuidadosa. La posible reelección de Donald Trump y su política de aranceles y "América Primero" podría generar nuevas tensiones comerciales y geopolíticas que afectarían la economía global y las cadenas de suministro. Asimismo, la estrecha relación entre China y Rusia, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania, añade una capa de complejidad a las relaciones de la UE con China, obligando a Europa a equilibrar sus intereses económicos con las sensibilidades geopolíticas. La propia Unión Europea se enfrenta a la necesidad de redefinir su posición en la nueva globalización, buscando un equilibrio en sus relaciones comerciales con China y Estados Unidos, y gestionando su alta dependencia del comercio exterior, al tiempo que protege sus propias industrias estratégicas. Es fundamental asegurar una competencia justa para las industrias locales y abordar los retos de integración social que aún enfrenta la comunidad china. La distinción entre el impacto de las inversiones de empresas chinas privadas y públicas en el empleo será una consideración clave para las políticas futuras.
En perspectiva, la relación entre Catalunya/España y China está destinada a seguir profundizándose, impulsada por intereses económicos mutuos y el continuo ascenso global de China. El éxito de esta trayectoria dependerá de la capacidad de España para equilibrar el pragmatismo económico con las sensibilidades geopolíticas, cultivando una relación que sea tanto beneficiosa como sostenible. La apertura de la nueva delegación de la Generalitat en Pekín y la implementación del "Pla Àsia" son pasos concretos hacia la formalización y gestión de esta relación crucial en los años venideros, sentando las bases para una cooperación más estructurada y de mayor alcance en un entorno global que exige una adaptación continua y una redefinición constante de la soberanía económica y estratégica.
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