Sánchez esquiva a los periodistas en el Palacio Real y deja a Puente como portavoz improvisado del Gobierno
Durante la recepción del 12 de octubre, Pedro Sánchez se retira antes del habitual corrillo con los medios, dejando a Óscar Puente la tarea de defender al partido y responder a las críticas de la oposición en un escenario institucional de alta visibilidad.
En un Día de la Fiesta Nacional marcado por la solemnidad y la tradición, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rompe con la costumbre de participar en el corrillo con periodistas en el Palacio Real, dejando un vacío mediático que rápidamente se convierte en el foco de comentarios y análisis. Mientras los medios esperaban declaraciones sobre la actualidad política y los últimos escándalos judiciales que afectan a su entorno, Sánchez opta por una salida anticipada, dejando que su ministro de Transportes, Óscar Puente, asuma el papel de interlocutor frente a la prensa.
El protocolo y la retirada del presidente
Como cada año, Sánchez inaugura el besamanos durante la recepción ofrecida por los Reyes a cerca de mil invitados, combinando la solemnidad del acto con la oportunidad de contacto con la prensa. Sin embargo, en esta edición, su salida anticipada rompe con la tradición de los corrillos presidenciales, momentos que históricamente permiten al jefe del Ejecutivo ofrecer declaraciones informales sobre la actualidad y responder preguntas directas.
Desde el Gobierno, se argumenta que la retirada se debe a un viaje programado a Egipto para participar en una cumbre sobre Gaza, que contará con la presencia del presidente estadounidense Donald Trump y otros mandatarios europeos. No obstante, esta ausencia en un evento de alta visibilidad política genera especulación sobre su estrategia comunicativa y su disposición a afrontar cuestionamientos públicos.
Puente asume el rol de portavoz improvisado
Con Sánchez fuera de la sala del cóctel, Óscar Puente se convierte en el rostro visible del Gobierno ante los medios. El ministro de Transportes aborda la situación con ironía, señalando que el presidente simplemente quería “comer con su familia”, mientras defiende la actuación del PSOE frente a las críticas sobre supuestos pagos en efectivo y la gestión económica: “No hay dinero en B ni lo ha habido”.
Puente también reconoce que el sistema actual es “anticuado” y explica que ha implementado cambios en su Ministerio, asignando tarjetas a determinadas personas para realizar pagos y evitar el uso de efectivo.
Los escándalos recientes y la postura del Gobierno
El ministro se pronuncia sobre los informes de la UCO relativos a los comentarios de José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García hacia mujeres, calificándolos como “poco edificantes”. Sin embargo, añade que, a su juicio, lo más preocupante sería “la pérdida del derecho al aborto”, situando la polémica en un contexto más amplio de derechos y libertades.
Puente también aprovecha para criticar al PP y su estrategia: “Están enseñando la patita y donde no tienen que gobernar con Vox están dando una pista de lo que son capaces de hacer”. Además, responde a Alberto Núñez Feijóo, quien se había mostrado “animado” porque ni la pareja ni la hermana de Sánchez están involucradas judicialmente ni su número dos en prisión: “Quien no se consuela es porque no quiere”.
Tradición de los corrillos presidenciales
Los corrillos presidenciales en la recepción del 12 de octubre son un clásico donde el jefe del Ejecutivo ofrece declaraciones espontáneas y puede interactuar directamente con los periodistas. La ausencia de Sánchez este año rompe con esta práctica histórica, generando un contraste notable entre la tradición y la estrategia de comunicación del Gobierno, que busca controlar la narrativa y minimizar posibles incómodos cuestionamientos.
Impacto mediático y repercusión política
La retirada anticipada del presidente y la intervención de Puente como portavoz improvisado atraen la atención de medios nacionales e internacionales. La prensa resalta la ironía del ministro y su firmeza al defender al partido, mientras Sánchez mantiene una postura más cauta, centrada en sus compromisos internacionales. La situación evidencia un equilibrio delicado entre protocolo, comunicación estratégica y gestión de la percepción pública en un acto institucional de gran relevancia.
El cierre del día: tensión y estrategia política en el Palacio Real
La recepción del 12 de octubre se convierte en un reflejo de las tensiones internas del Gobierno y del escenario político actual. Sánchez evita el contacto directo con la prensa, mientras Puente actúa como intermediario, defendiendo la imagen del Ejecutivo y respondiendo a las críticas de la oposición. La jornada demuestra cómo gestos protocolarios y decisiones estratégicas pueden marcar la narrativa política, incluso en un evento tradicional que combina solemnidad y visibilidad mediática.
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